¡Feliz 70 cumpleaños, Nicolas Sarkozy! Parece que fue ayer cuando este torbellino de energía irrumpió en la escena política francesa, ¿verdad? Pues para celebrar este hito, repasaremos la vida de este personaje tan singular, desde su infancia hasta su salida de la presidencia, pasando por sus amores, escándalos y, por supuesto, su ascenso al poder.
Nicolas Sarkozy nació en París en 1955, hijo de un aristócrata húngaro y una abogada francesa. Su infancia, marcada por la ausencia paterna, transcurrió en un ambiente burgués. Dicen que desde pequeño demostró una ambición desmedida y un talento innato para la oratoria. Tras licenciarse en Derecho, se adentró en la política local, convirtiéndose en alcalde de Neuilly-sur-Seine, una de las ciudades más ricas de Francia, con tan solo 28 años. ¡Casi nada!
Su estrella siguió en ascenso. Ministro en varias ocasiones, Sarkozy se labró una reputación de político duro, especialmente en temas de inmigración y seguridad. Su energía y estilo directo, tan diferente al de la clase política tradicional, conectaron con una parte importante del electorado. En 2007, tras una intensa campaña, alcanzó la cima del poder, derrotando a Ségolène Royal y convirtiéndose en presidente de la República Francesa.
Sus escándalos políticos

Su mandato estuvo marcado por importantes reformas, la crisis económica mundial y una intensa actividad diplomática. Durante su mandato, Sarkozy implementó una serie de reformas con el objetivo de modernizar la economía francesa y hacerla más competitiva. Entre las más destacadas se encuentran la reforma de las pensiones, que aumentó la edad de jubilación, y la reforma del mercado laboral, que buscaba flexibilizar la contratación y el despido. Estas reformas, aunque necesarias según su punto de vista, generaron una fuerte oposición social y numerosas protestas.
La crisis económica mundial de 2008, desatada por la caída del banco Lehman Brothers, marcó profundamente la presidencia de Sarkozy. Francia, como el resto del mundo, se vio afectada por la recesión, el aumento del desempleo y la inestabilidad financiera. Sarkozy impulsó medidas para rescatar a los bancos y estimular la economía, participando activamente en las cumbres del G20 para coordinar una respuesta internacional a la crisis.
En el ámbito internacional, Sarkozy desplegó una intensa actividad diplomática. Fue un firme defensor de la intervención militar en Libia en 2011, jugó un papel importante en la resolución de la crisis de Georgia en 2008 y fortaleció las relaciones de Francia con Estados Unidos. También impulsó la creación de la Unión por el Mediterráneo, un proyecto que buscaba fomentar la cooperación entre los países de la cuenca mediterránea.
Su sonado romance y su divorcio

Pero Nicolas Sarkozy también saltó a la palestra por sus sonados romances. Su matrimonio con Cécilia Ciganer-Albeniz terminó en divorcio durante su primer año de presidencia. Poco después, se casó con la cantante y ex modelo Carla Bruni, en una boda que acaparó la atención mediática internacional.
El divorcio de Nicolas Sarkozy y Cécilia Ciganer-Albeniz fue un acontecimiento mediático sin precedentes en la historia reciente de Francia. Apenas unos meses después de su llegada al Elíseo, la pareja anunció su separación, poniendo fin a un matrimonio de más de una década. Los rumores sobre las causas del divorcio inundaron la prensa, desde desacuerdos irreconciliables hasta supuestas infidelidades por ambas partes. La rapidez con la que se tramitó el divorcio y la discreción que mantuvieron ambos alimentaron aún más las especulaciones. Fue un episodio que rompió con la imagen tradicional de la primera familia francesa y que, sin duda, generó un gran impacto en la opinión pública.
Poco después del divorcio, Sarkozy comenzó una relación con la cantante y ex modelo Carla Bruni. Su romance, seguido con lupa por los medios de comunicación de todo el mundo, culminó en una boda celebrada en el Palacio del Elíseo en febrero de 2008. La unión de un presidente de la República con una artista de renombre internacional fue un acontecimiento inusual que generó todo tipo de reacciones. Mientras algunos celebraban la modernidad y el romanticismo de la pareja, otros criticaban la exposición mediática y la consideraban inapropiada para un jefe de Estado. Sea como fuere, el matrimonio Sarkozy-Bruni se convirtió en un tema de conversación recurrente y en una de las historias más comentadas de la época.
Sin embargo, la presidencia de Sarkozy también estuvo salpicada de escándalos. Fue acusado de financiación ilegal de su campaña electoral, entre otras controversias, lo que sin duda empañó su imagen pública. En 2012, buscó la reelección, pero fue derrotado por François Hollande.
Nicolas Sarkozy se ha visto envuelto en varios escándalos políticos a lo largo de su carrera. Uno de los más sonados es el caso Bettencourt, donde se le acusó de recibir financiación ilegal para su campaña presidencial de 2007 por parte de la heredera del imperio L’Oréal, Liliane Bettencourt. Aunque finalmente fue absuelto en este caso, la sombra de la sospecha persistió.
Otro escándalo que lo salpicó fue el caso de las escuchas telefónicas, donde se le investigó por presuntamente intentar influir en un juez a cambio de información sobre otra investigación en la que estaba implicado. Este caso resultó en su condena en 2021 por corrupción y tráfico de influencias, convirtiéndose en el primer expresidente francés en ser condenado a prisión firme, aunque la pena fue conmutada por arresto domiciliario con brazalete electrónico.
También se le ha investigado por la presunta financiación ilegal de su campaña presidencial de 2012 por parte del régimen libio de Muamar el Gadafi, un caso que aún está en curso. Estas acusaciones, junto con otras controversias menores, han contribuido a crear una imagen de Sarkozy como un político controvertido y han dañado su reputación.
Tras su salida del Elíseo, Sarkozy no se retiró de la vida pública. Intentó regresar a la primera línea política, pero nuevos escándalos judiciales lo apartaron definitivamente del poder.