La V Asamblea Ciudadana de Podemos supondrá a priori un paseo militar para la exministra Ione Belarra, que ha anunciado que optará a la reelección como secretaria general de la formación morada y tiene la intención de consolidar una bicefalia con la secretaria de política y eurodiputada Irene Montero.
La exministra de Igualdad se ha erigido en el mayor activo para Podemos, que previsiblemente seguirá liderado por Ione Belarra y contará con apéndice mediático con el grupo erigido en torno a la figura de su fundador Pablo Iglesias.
Con estas jugadas Podemos imita al PNV, que apuesta por la bicefalia (Andoni Ortuzar rige los designios del partido e Imanol Pradales los del Gobierno Vasco, aunque siempre bajo la tutela del partido), cuenta con medios afines (Deia es su órgano oficioso de expresión) y alardea de eficacia frente a EH Bildu.
Los morados también quieren dar valor a los logros que lograron en sus años en el Gobierno en contraposición con Sumar, que durante años ha criticado la guerra pública promovida por Pablo Iglesias contra el PSOE cuando Podemos formaba Consejo de Ministros con los socialistas y ahora Yolanda Díaz hace lo propio para frenar su desplome en las encuestas.
IZQUIERDA NO SUBORDINADA AL PSOE
Podemos dice temer un utópico adelanto electoral para armar sus primarias y, en realidad, su intención sería resolver este asunto y, de paso, realizar una demostración de fuerza frente a la falta de vida interna de Sumar. Belarra y el secretario de Organización Pablo Fernández aseguran que pretenden consolidar a Podemos como una izquierda no subordinada al PSOE.
La navarra afirma que su partido «logró echar al Partido Popular de la Moncloa, consiguió que la gente que piensa como nosotras llegara por primera vez al Gobierno en 80 años, ha llevado, de la mano de Irene Montero los avances feministas más lejos que nadie nunca antes en nuestro país, demostró que la mejor manera de gestionar una crisis económica es poniendo a la gente a cubierto y ha logrado políticas económicas y sociales que ahora ya nadie puede cuestionar, como la subida del salario mínimo más grande de nuestra historia, el tope al gas o la primera ley de vivienda de nuestra democracia».
«Todo ello mientras nos veíamos sometidas y sometidos a una guerra sucia, judicial y policial absolutamente antidemocrática, que perseguía nuestra completa desaparición. Nunca antes en España se había acosado durante meses en la puerta de su casa a un vicepresidente y a una ministra del Gobierno de España sin que nadie moviera un solo dedo. Se creó una mal llamada ‘Policía patriótica’ para frenar nuestro avance y el avance de las fuerzas independentistas. Se desató una ofensiva judicial sin precedentes contra el principal avance institucional del feminismo, la Ley Solo Sí es Sí, con el único objetivo de tumbar a la mujer que más ha peleado por los derechos de todas», añadió.
Belarra asegura que «España necesita una izquierda fuerte, porque si no, el bipartidismo vuelve. Y eso significa que la derecha acaba mandando aunque no gobierne». La líder de Podemos pretende apostar por ser el partido que represente a «una izquierda que esté orgullosa de serlo. Una izquierda con capacidad de transformación, con capacidad de hacer realidad su programa. Una izquierda de poder y de Gobierno. Una izquierda autónoma, con capacidad de tomar sus propias decisiones, no intervenida por el Partido Socialista».
MÁS GUERRA SUCIA
Podemos está apretando las filas por una serie de nuevos ataques periodísticos que está sufriendo Pablo Iglesias, acusado de explotar a los trabajadores de la Taberna Garibaldi (que según la ‘información’ habrían pedido ayuda a la CNT para evitar algunas injusticias).

«Es incierto que haya turnos abusivos u horas extras encubiertas o no pagadas. En cuanto a los salarios, están por encima de los recogidos en el convenio colectivo de aplicación», dicen desde la taberna sita en Lavapiés.
La Taberna Garibaldi ha enviado un burofax al programa ‘La mirada crítica’ de Telecinco, que rebotó la información y finalmente ofrecido la versión de los dueños del negocio… que es la misma que la de sus trabajadores.