El café, esa bebida aromática y estimulante que forma parte de la rutina diaria de millones de españoles, es mucho más que una simple taza humeante. Existen infinidad de variedades, orígenes, tuestes y preparaciones que dan lugar a una amplia gama de sabores y aromas. Sin embargo, en los lineales de los supermercados, junto a las opciones de café natural y torrefacto, encontramos una tercera categoría que a menudo genera confusión: el café mezcla. ¿Qué se esconde detrás de esta denominación?
El café mezcla, como su propio nombre indica, es una combinación de café torrefacto y café natural, en proporciones que pueden variar según el fabricante. Esta mezcla, que a menudo se presenta como una opción más económica, puede tener un impacto en nuestro organismo que va más allá del simple aporte de cafeína, y en algunos casos, podría estar relacionada con problemas para conciliar el sueño. Analizaremos los secretos de este tipo de café y sus posibles efectos en nuestro descanso nocturno.
3INSOMNIO Y CAFÉ: UNA RELACIÓN COMPLEJA Y MULTIFACTORIAL

El insomnio, esa dificultad para conciliar el sueño o mantenerlo durante toda la noche, es un problema que afecta a un porcentaje significativo de la población española. Si bien las causas del insomnio pueden ser muy diversas (estrés, ansiedad, malos hábitos de sueño, enfermedades subyacentes, etc.), la alimentación y, en particular, el consumo de cafeína, pueden jugar un papel importante.
La cafeína actúa bloqueando los receptores de adenosina, una sustancia química que se produce en el cerebro y que induce el sueño. Al bloquear estos receptores, la cafeína nos mantiene despiertos y alerta. El efecto de la cafeína puede durar varias horas, dependiendo de la sensibilidad de cada persona y de la cantidad consumida. Por ello el café debe ser tomado con mesura.
Si se tiene problemas para dormir, es recomendable evitar el consumo de café y otras bebidas con cafeína (té, refrescos de cola, bebidas energéticas) al menos seis horas antes de acostarse. También es importante tener en cuenta que el café descafeinado no está completamente libre de cafeína, aunque contiene una cantidad mucho menor que el café normal.