Las rotondas, esas glorietas que salpican nuestras carreteras y ciudades, se diseñaron con la noble intención de agilizar el tráfico y reducir los puntos de conflicto directo, pero la realidad cotidiana demuestra que a menudo se convierten en escenarios de confusión, vacilación y, lo que es más preocupante, maniobras peligrosas. Una de las prácticas que más exasperación causa, no solo entre los conductores prudentes sino también en las autoridades, es esa costumbre de salir de la glorieta directamente desde un carril interior, cruzándose temerariamente por delante de quienes circulan correctamente por el exterior. Esta acción, tan frecuente como arriesgada, está en el punto de mira de la DGT por ser un foco constante de incidentes y poner en jaque la seguridad vial que tanto se persigue.
El problema radica fundamentalmente en una mezcla de desconocimiento de la normativa específica que rige la circulación en estas intersecciones giratorias y, en otras ocasiones, en una peligrosa impaciencia o un exceso de confianza al volante que lleva a ignorar las reglas más básicas de prioridad y posicionamiento. Muchos conductores parecen olvidar que una rotonda no es simplemente una curva continua, sino una vía con sus propios carriles y normas de uso, donde la anticipación y la correcta señalización son cruciales para evitar sobresaltos. La maniobra de «corte» desde el interior no solo es antirreglamentaria, sino que genera situaciones de alto riesgo, obligando a otros usuarios a frenar bruscamente o a realizar maniobras evasivas para evitar la colisión, un comportamiento que la Dirección General de Tráfico busca erradicar con información y, cuando es necesario, con sanciones.
3DESCIFRANDO EL CÓDIGO VIAL: LA NORMA DE LA DGT SOBRE ROTONDAS

Para evitar dudas y unificar criterios, la normativa de tráfico española, supervisada y difundida por la DGT, establece unas pautas claras sobre cómo circular y, sobre todo, cómo salir de una rotonda de manera segura y reglamentaria. La regla de oro es sencilla y categórica: para abandonar la glorieta, siempre se debe hacer desde el carril situado más a la derecha, es decir, el carril exterior. Si un conductor circula por un carril interior y desea tomar una salida, debe previamente cambiarse al carril exterior con suficiente antelación y asegurándose de que puede hacerlo sin poner en peligro a otros usuarios, señalizando debidamente la maniobra de cambio de carril.
La correcta señalización es otro pilar fundamental para la convivencia segura en las rotondas, un aspecto en el que la DGT insiste continuamente a través de sus campañas de concienciación. Es obligatorio usar el intermitente derecho para indicar la intención de tomar la siguiente salida, pero también es crucial señalizar cualquier cambio de carril dentro de la propia glorieta. No se debe mantener el intermitente izquierdo encendido durante toda la circulación por la rotonda, ya que esto puede generar confusión; solo se utilizará para indicar un cambio hacia un carril interior. La anticipación, la observación constante del entorno y una señalización clara y coherente son las claves para que las rotondas cumplan su función eficientemente.