sábado, 3 mayo 2025

Así maquillan la carne picada en el súper para que te parezca recién hecha

En el corazón de nuestros supermercados, un espectáculo casi teatral tiene lugar en las secciones de carnicería. Allí, la carne picada se presenta con un llamativo color rojo vivo, un aspecto fresco y apetitoso que atrae a los compradores y despierta el hambre a primera vista. Sin embargo, este engaño visual, en apariencia inocente, se sustenta en técnicas sofisticadas que, aunque efectivas, generan preguntas sobre la veracidad del producto que se ofrece. La carne picada, uno de los alimentos más versátiles en la cocina, se ve sometida a un proceso que cuida su apariencia a costa de su autenticidad.

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La atmósfera protectora con alto oxígeno es clave en este maquiavelismo culinario. La carne es almacenada en un ambiente controlado donde los niveles de oxígeno se incrementan intencionadamente, logrando que conserve durante más tiempo ese color rojo intenso que todos nosotros asociamos con frescura. Este procedimiento, aunque efectivo para atraer la mirada del consumidor, plantea un dilema: ¿qué se esconde realmente detrás de esa apariencia tan cuidada? Cada vez más personas se vuelven conscientes de estos trucos del oficio y cuestionan si lo que se compra es auténtico o simplemente un reflejo del marketing más brillante.

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LA ATMÓSFERA PROTECTORA Y SU IMPACTO

Fuente: Freepik

El método de atmósfera modificada permite no solo la conservación del color, sino también la prolongación de la vida útil de la carne. Al incrementar el nivel de oxígeno, se frena el crecimiento de bacterias y se mantiene en un estado óptimo. Esta técnica implica introducir nitrógeno y dióxido de carbono en el envase, lo que ayuda a ralentizar la oxidación que causa el apagado del color. De este modo, la carne picada parece fresca incluso cuando está cerca de su fecha de caducidad.

A pesar de los beneficios en la presentación, esta técnica también comporta desventajas. Los consumidores suelen estar expuestos a productos que, aunque visualmente atractivos, podrían no ser lo que aparentan en términos de calidad nutricional y frescura. Además, el uso de este tipo de envasado debe ser sometido a regulación estricta, pues no solamente se trata de engañar al paladar, sino también de garantizar la salud pública. La transparencia en lo que respecta a las técnicas de conservación debe ser una prioridad para los establecimientos.

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