sábado, 3 mayo 2025

La DGT prohíbe esta acción si te quedas tirado en la carretera, te juegas la vida y una multa

Quedarse tirado en la carretera es una de esas pesadillas que ningún conductor quiere experimentar, un contratiempo que convierte un viaje rutinario en una situación de riesgo inesperado y considerable. Más allá de la avería mecánica o el pinchazo, el verdadero peligro acecha en la vulnerabilidad que supone estar detenido en el arcén, especialmente en vías rápidas donde los vehículos circulan a velocidades elevadas y el margen de reacción es mínimo; por ello, la Dirección General de Tráfico, la DGT, insiste constantemente en la necesidad de seguir a rajatabla los protocolos de seguridad establecidos. Ignorar estas indicaciones no solo acarrea sanciones económicas, sino que pone en grave peligro la integridad física propia y la de los demás usuarios de la vía, transformando un simple incidente en una potencial tragedia.

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La confusión o el pánico del momento pueden llevar a cometer errores fatales, gestos aparentemente menores que multiplican exponencialmente el riesgo de atropello. Salir del coche sin la debida protección o señalizar incorrectamente la inmovilización son acciones que, lamentablemente, siguen estando detrás de demasiados siniestros viales evitables. Es fundamental comprender que las normativas impuestas no son caprichos administrativos, sino medidas diseñadas para proteger vidas en circunstancias de extrema fragilidad. Conocer y aplicar correctamente el procedimiento en caso de avería es, por tanto, una responsabilidad ineludible para cualquier persona que se ponga al volante, una lección que conviene tener bien aprendida antes de que la teoría se convierta en una cruda realidad en el asfalto.

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TRIÁNGULOS O V-16: LA SEÑAL QUE GRITA «PELIGRO»

Fuente Freepik

Tradicionalmente, la señalización de un vehículo inmovilizado en la calzada o el arcén se ha realizado mediante la colocación de los triángulos de preseñalización de peligro. Esta tarea, sin embargo, entraña un riesgo considerable, ya que obliga al conductor a caminar por la vía o sus inmediaciones para situarlos a la distancia reglamentaria (generalmente 50 metros por delante y por detrás del vehículo, visibles a 100 metros). La DGT ha sido consciente durante años de que este proceso de colocar los triángulos expone al conductor a un peligro significativo de atropello, especialmente en vías de alta capacidad y con tráfico denso o rápido, convirtiendo una medida de seguridad en una acción potencialmente letal por sí misma.

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Para solventar esta peligrosa paradoja, la normativa ha evolucionado y la DGT ha impulsado la adopción de la señal luminosa V-16 como alternativa y, próximamente, como sustituto obligatorio de los triángulos. Este dispositivo luminoso de color amarillo auto se coloca en el techo del vehículo sin necesidad de bajar del mismo, activándose y emitiendo destellos visibles a larga distancia (hasta un kilómetro) en 360 grados. Además, las versiones más modernas conectadas (obligatorias a partir de 2026) envían automáticamente la geolocalización del vehículo averiado a la nube de la DGT y a los paneles de mensaje variable. La gran ventaja es evidente: permite señalizar la emergencia de forma rápida y segura desde el interior del coche, eliminando el riesgo asociado a caminar por la carretera para colocar los antiguos triángulos.

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