sábado, 3 mayo 2025

Sale a la luz el trato displicente de Isabel II a Camilla durante su boda con el actual rey

La familia real británica ha dado de que hablar desde que tenemos memoria. Es que la reina Isabel II no se la hizo fácil a su familia y mucho menos a Camilla Parker Bowles, quien por mucho tiempo ha sido la villana para la corona y el pueblo de Reino Unido. Es que la longeva fue quien estuvo en medio del amor clandestino, fogoso y excitante que su hijo, el rey Carlos III tenía con ella. Pero eso no es todo, quien también fue enemigo mortal, fue el príncipe Felipe de Edimburgo, quien apoyaba a su amada en oponerse a esa relación.

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El vínculo entre la reina y Camilla ha sido siempre un tema delicado, especialmente considerando el papel de Diana de Gales, la exesposa de Carlos III, cuya relación con la familia real estuvo marcada por controversias y tensiones. Lady Di nunca ocultó su desdén hacia la amante de su esposo, el futuro rey. Isabel II y Felipe de Edimburgo, los enemigos de un amor que triunfó ante tantas piedras en el camino.

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La reina Isabel II y Felipe de Edimburgo, la advertencia a Camilla

La boda de Carlos III y Camilla a la que no asistió Felipe de Edimburgo. Fuente Instagram @dnaroyals

Durante años, Camilla Parker Bowles fue vista como la figura incómoda en el entorno del entonces príncipe Carlos. En privado, tanto la reina Isabel II como el príncipe Felipe de Edimburgo fueron tajantes con ella: “Jamás formarás parte de la familia real británica y jamás estarás con mi hijo”. Esa fue la frase que, según allegados a la realeza, marcó el tono de la relación. La corona tenía otros planes, y Camilla no era bienvenida. Sin embargo, todo cambió en 1992, cuando los rumores de una relación prohibida dejaron de ser susurros en los pasillos del palacio para convertirse en titulares que inundaron los periódicos británicos.

La monarquía intentó mantener en silencio salió a la luz cuando Diana de Gales, con la franqueza que la caracterizaba, confirmó públicamente que el príncipe Carlos III le había sido infiel. Aquel escándalo sacudió los cimientos de Buckingham y dejó al descubierto una historia de amor que ni la reina ni el duque de Edimburgo no podían seguir negando. Contra su voluntad y con la presión de una opinión pública que ya conocía la verdad, Isabel II y Felipe tuvieron que aceptar lo que años atrás habían rechazado con firmeza. Lo que parecía imposible se convirtió en inevitable, y aquella mujer a la que un día le cerraron la puerta, terminó abriéndose paso hasta el corazón de la familia real.

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