No hay fruta que haya conquistado más el recetario moderno de los españoles en los últimos años que el aguacate, así lo dice su presencia en todo tipo de cocinas y mesas. Muchos se las ven y se las desean con este singular fruto, porque acertar con su punto justo de maduración es un asunto que suele dejar en vilo incluso a los más cocinillas y, muchas veces, los trucos clásicos fallan estrepitosamente. Y es que saber si el aguacate está perfecto antes de abrirlo parece cosa de magia, pero hay una sencilla regla, nada secreta, que te asegura el éxito sin necesidad de andar apretando ni jugando a la ruleta rusa con la fruta.
El truco clave está en el rabito, ese pequeño pedúnculo que corona la parte superior y que, según los expertos y la experiencia, puede revelar con exactitud si el aguacate está listo para triunfar en la ensaladilla, las tostadas o el guacamole de turno. El aguacate es un comodín culinario, pero su textura y sabor dependen en gran medida de dar con el nivel de maduración justo, ya sea en casa o al hacer la compra. Por suerte, retirando el rabito en un sencillo gesto—y sin marcar la piel ni dejar huella—puedes comprobar si su carne luce ese tono verde brillante que confirma que dará la talla en la cocina.
4LA IMPORTANCIA DEL COLOR BAJO EL RABITO DEL AGUACATE

Una vez retirado el pedúnculo, observar el color que se esconde debajo es la clave definitiva. Si aparece un verde vibrante, es señal de que el aguacate está listo para triunfar en cualquier receta, ya que ese tono indica frescura y textura cremosa ideal para su consumo inmediato. En cambio, si lo que se ve es un marrón oscuro, mejor pasar de largo, porque eso solo significa que está pasado y no dará la talla en la cocina.
La simpleza de esta técnica sorprende, pero su eficacia es lo que verdaderamente engancha a quien la prueba. Basta un solo intento para comprobar que el rabito del aguacate no engaña, y que solo con ese gesto se puede ahorrar dinero, tiempo y frustraciones a partes iguales. Elegir el aguacate adecuado ya no depende del azar, sino de prestar atención a los detalles que marcan la diferencia.