miércoles, 30 abril 2025

Este bicho diminuto vive en tu cara ahora mismo y no puedes hacer nada

Quizás te sorprenda saber que tu rostro, esa carta de presentación al mundo que cuidas con esmero, es en realidad un ecosistema bullicioso a escala microscópica. Y entre sus habitantes más curiosos y permanentes se encuentra un bicho diminuto, casi invisible, que ha hecho de tus folículos pilosos su hogar desde tiempos inmemoriales. Hablamos de los ácaros Demodex, unos compañeros de piso que, aunque suene inquietante, forman parte de la normalidad biológica de prácticamente todos los seres humanos adultos del planeta.

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La idea de tener criaturas viviendo en nuestra piel puede generar cierto repelús inicial, es comprensible, pero la realidad es mucho menos alarmante de lo que parece a simple vista. Estos ácaros, lejos de ser parásitos agresivos en la mayoría de los casos, coexisten con nosotros en una relación generalmente pacífica, alimentándose discretamente de las células muertas y el sebo que producimos. Su presencia es tan común y extendida que los científicos consideran que forman parte de nuestro microbioma cutáneo natural, un complejo entramado de microorganismos que juega un papel aún no del todo comprendido en la salud de nuestra piel.

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COMPAÑEROS DE PISO MILENARIOS: UNA CONVIVENCIA GENERALMENTE PACÍFICA

Fuente Pexels

La pregunta que surge es: ¿cómo llegan estos ácaros a nuestra cara? La teoría más aceptada es que se transmiten por contacto directo piel con piel, muy probablemente durante la infancia, a través del contacto cercano con los padres u otros cuidadores. Una vez establecidos, nos acompañan durante el resto de nuestra vida, convirtiéndose en una parte más de la fauna microscópica que habita nuestro cuerpo. La presencia de este bicho no es un signo de mala higiene; de hecho, intentar erradicarlos por completo es una tarea prácticamente imposible y, en la mayoría de los casos, innecesaria.

La relación entre los humanos y los ácaros Demodex se considera generalmente comensal, lo que significa que ellos obtienen un beneficio (alimento y refugio) sin causarnos un perjuicio significativo. Nuestro sistema inmunitario juega un papel crucial en mantener su población bajo control, evitando que proliferen de manera desmesurada y causen problemas. Para la inmensa mayoría de las personas, estos diminutos arácnidos son simplemente vecinos silenciosos, cuya existencia pasa completamente desapercibida y no tiene ninguna consecuencia negativa para la salud o la apariencia de la piel. Este bicho es, en esencia, parte de nuestra normalidad biológica.

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