miércoles, 30 abril 2025

Según la OCU, este gancho ‘solidario’ en supermercados es una estafa legal, y te engañan con la excusa

Cada día, las cajas de los supermercados en España han incorporado una nueva práctica que se ha normalizado casi sin darnos cuenta: las campañas de donación solidaria por redondeo de céntimos o aportaciones espontáneas en el momento de pagar. En medio de la rutina de la compra, la OCU, la reconocida organización de consumidores, ha puesto el foco sobre este tipo de iniciativas que, bajo el pretexto de la solidaridad, podrían estar escondiendo prácticas poco transparentes y, en muchos casos, ventajosas para las propias empresas. Lo que parece una sencilla invitación a apoyar una causa noble puede transformarse en una trampa perfectamente legal pero, a la vez, muy lejos de la transparencia que cabría esperar de quienes gestionan nuestro dinero.

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La realidad es que, en el fragor del día a día, pocos se paran a analizar qué ocurre realmente con esos céntimos donados o si el beneficio recae íntegramente donde se nos promete. Lo más preocupante es que, según la OCU, muchas de estas campañas encubren una falta de claridad para el consumidor y, sobre todo, escasos controles sobre el destino final del dinero recaudado. Mientras tanto, las grandes superficies aprovechan el gesto solidario para mejorar su imagen y, en algunos casos, incluso obtener beneficios fiscales, todo ello sin que dicha información se comparta abiertamente con el cliente.

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¿SOLIDARIDAD O MARKETING? UNA DISTINCIÓN NECESARIA

Fuente: Freepik

Las campañas de donación en caja combinan dos ingredientes muy potentes: el impulso emocional del consumidor y la habilidad de las empresas para capitalizar ese gesto en beneficio propio. Según la OCU, el límite entre la solidaridad genuina y el marketing encubierto es cada vez más difuso, y esa es la verdadera raíz del problema dentro del mercado español. El consumidor español, además de solidario, demanda transparencia y honestidad en las acciones responsables impulsadas por los comercios.

No se trata de rechazar la solidaridad ni de poner en duda el espíritu altruista del consumidor, sino de exigir que, si se canaliza a través de empresas, estas deben garantizar transparencia, información y ausencia de engaños. La OCU insta a que se legisle para que las cadenas que promueven estas donaciones informen claramente sobre la cantidad recaudada, el destino concreto y los posibles beneficios fiscales derivados de la recaudación. Solo así, la verdadera solidaridad dejará de estar bajo sospecha y quien dona podrá confiar, de nuevo, en que su gesto llega íntegramente a aquellos que lo necesitan.

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