Málaga es mucho más que sus playas urbanas, su clima privilegiado y su ambiente mediterráneo. Es también una tierra de rincones secretos, lugares que se alejan del bullicio turístico y guardan en silencio la belleza de su entorno natural y el peso de los siglos. Uno de esos lugares, apenas conocido por quienes visitan la provincia, es la Cala del Cañuelo, un pequeño paraíso escondido en el Parque Natural de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo, en el límite entre Málaga y Granada.
Este enclave, situado a pocos kilómetros de Nerja, combina como pocos la fuerza del mar con la huella de la historia. En la Cala del Cañuelo, el Mediterráneo rompe contra unos acantilados espectaculares que parecen custodiar el lugar desde tiempos remotos. Es uno de esos rincones donde el tiempo parece detenerse, y donde la naturaleza convive con restos de antiguas torres vigía, testigos mudos del pasado defensivo de este tramo del litoral malagueño.
3La Cala del Cañuelo, entre lo natural y lo legendario

Frente a otros destinos de costa más concurridos, la Cala del Cañuelo ofrece una experiencia diferente, donde Málaga muestra su cara más íntima. Aquí no hay chiringuitos ni tumbonas alineadas. Lo que hay es silencio, belleza y un sentido profundo del lugar. El contraste entre el azul profundo del mar y las estructuras centenarias que aún vigilan la línea del horizonte convierte este rincón en un tesoro de la provincia.
Al elegir este litoral secreto, quienes viajan a Málaga descubren que el mar no solo sirve para refrescarse o relajarse, sino también para conectar con el pasado, con la historia de una tierra que ha sabido guardar algunos de sus rincones más valiosos. La Cala del Cañuelo es el ejemplo perfecto de cómo la provincia andaluza es capaz de ofrecer una experiencia completa con paisajes inolvidables, historia viva y una tranquilidad difícil de encontrar en otros puntos del Mediterráneo.