miércoles, 21 mayo 2025

Conoce el bosque «encantado» de Madrid donde los árboles crecen en espiral

A pocos kilómetros de la bulliciosa capital se esconde un tesoro natural que parece sacado de un cuento de hadas. En el extremo norte de Madrid, el Hayedo de Montejo se erige como un bosque mágico donde los árboles han desarrollado formas caprichosas y espirales que desafían la imaginación, convirtiéndose en uno de los espacios naturales más extraordinarios de la península ibérica. Este rincón encantado, con sus hayas, robles y abedules centenarios, representa el último vestigio de los antiguos bosques que antaño cubrían gran parte del territorio madrileño, y su singularidad le ha valido el reconocimiento como Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO.

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Las formas retorcidas y espirales que presentan muchos de los ejemplares del Hayedo no son producto del capricho ni de la casualidad, sino el resultado de una lucha constante por la supervivencia en condiciones extremas. El microclima particular de esta zona, junto con la orografía del terreno y las condiciones del suelo, han obligado a estos árboles centenarios a adaptarse de manera sorprendente, creando un paisaje de ensueño que atrae cada año a miles de visitantes fascinados por su belleza casi mística. Pasear entre estos colosos vegetales supone una experiencia sensorial completa que transporta al caminante a un mundo donde la naturaleza ha decidido expresarse con formas que parecen diseñadas por un artista surrealista.

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LA MAGIA DE LAS CUATRO ESTACIONES EN UN BOSQUE CAMBIANTE DE MADRID

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Una de las características más extraordinarias del Hayedo de Montejo es su dramática transformación a lo largo del año, ofreciendo cuatro escenarios completamente distintos que parecen extraídos de diferentes cuentos de hadas. En primavera, el bosque despierta con un estallido de verdes tiernos y flores silvestres que tapizan el suelo, creando un contraste cromático espectacular con los troncos retorcidos y las formas espiraladas que caracterizan a muchos ejemplares de este rincón de Madrid. El verano trae consigo una densa bóveda vegetal que filtra la luz solar, creando juegos de luces y sombras que acentúan el aire misterioso del bosque.

Sin embargo, es el otoño la estación que convierte al Hayedo en una auténtica obra maestra de la naturaleza. Durante unas semanas, generalmente entre finales de octubre y principios de noviembre, las hojas de hayas y robles se tiñen de ocres, rojos y dorados, transformando este rincón de la Sierra Norte de Madrid en una explosión de color que atrae a fotógrafos y amantes de la naturaleza de todo el país. Por último, el invierno viste al bosque con un manto blanco que resalta aún más las formas imposibles de sus árboles, creando escenas de belleza sobria y misteriosa que evocan los bosques encantados de las leyendas nórdicas, pero a un paso de Madrid.

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