La búsqueda de soluciones rápidas para perder peso es una constante en nuestra sociedad, un anhelo que a menudo choca de frente con la realidad de la biología y el esfuerzo necesario. En este contexto, cada cierto tiempo surge un supuesto «milagro» en forma de suplemento o alimento exótico que promete resultados espectaculares con mínimo sacrificio, y uno de los que más ha resonado en los últimos años es el café verde. Este producto se ha promocionado hasta la saciedad como un potente quemagrasas natural, capaz de acelerar el metabolismo y facilitar la pérdida de kilos casi por arte de magia, generando un enorme interés y un mercado millonario a su alrededor.
Sin embargo, como suele ocurrir con las promesas demasiado buenas para ser verdad, la ciencia ha empezado a poner en tela de juicio estas afirmaciones tan optimistas sobre las bondades adelgazantes del grano sin tostar. Estudios recientes, más rigurosos y con metodologías más sólidas que los iniciales, parecen desmentir gran parte de las propiedades casi milagrosas que se le atribuían, devolviendo al café verde a un lugar mucho más terrenal y menos revolucionario. Es hora de analizar con detenimiento qué hay de cierto y qué de mito en torno a este popular suplemento, separando el grano de la paja publicitaria y entendiendo qué podemos esperar realmente de su consumo.
2RADIOGRAFÍA DEL GRANO SIN TOSTAR: DESCUBRIENDO EL CAFÉ VERDE

Para entender la controversia, primero hay que saber qué es exactamente el café verde. No se trata de una variedad exótica ni de una planta distinta, sino simplemente del grano de café común, el mismo que utilizamos para preparar nuestra taza matutina, pero en su estado natural, antes de ser sometido al proceso de tueste. Estos granos crudos presentan un color verdoso característico, un sabor mucho más amargo y herbáceo que el café tostado y, lo más importante para la industria de los suplementos, una composición química ligeramente diferente.
El proceso de tueste, que desarrolla los aromas y sabores que asociamos al café, también modifica significativamente la composición del grano, reduciendo la concentración de algunos compuestos mientras potencia otros. En el caso del café verde, la ausencia de este tratamiento térmico intenso permite conservar niveles más elevados de ciertas sustancias, entre las que destaca el ácido clorogénico, el compuesto al que se le han atribuido la mayoría de las supuestas propiedades beneficiosas para la salud y, especialmente, para la pérdida de peso. Es esta diferencia en la concentración de ácido clorogénico la que ha centrado el interés científico y comercial.