La comodidad tecnológica nos envuelve como una manta cálida en invierno, facilitando tareas que antes requerían un esfuerzo considerable. Los asistentes de voz, como el de Google, <0xC2><0xA0>que responden a nuestra voz casi al instante, se han vuelto compañeros omnipresentes en nuestros hogares y bolsillos, listos para programar alarmas, buscar información o reproducir nuestra música favorita con una simple orden verbal. Sin embargo, esta integración profunda de la tecnología en nuestra vida cotidiana trae consigo una sombra de inquietud, una pregunta persistente sobre hasta qué punto nuestra privacidad queda expuesta ante estos oídos digitales siempre atentos.
Esa sensación incómoda de que las conversaciones privadas podrían no serlo tanto, o el escalofrío que recorre la espalda al ver publicidad relacionada con algo que solo hemos mencionado de pasada, no es producto de la imaginación colectiva. Existe un mecanismo dentro del ecosistema de Google diseñado específicamente para recopilar fragmentos de audio, la denominada ‘Actividad de Voz y Audio’, y aunque su propósito declarado es mejorar el reconocimiento de voz, <0xC2><0xA0>la posibilidad de que capture más de lo debido es real y tangible. Afortunadamente, existe un interruptor, una opción algo escondida pero accesible, que permite a los usuarios retomar cierto control sobre lo que el gigante tecnológico escucha y almacena.
1¿QUÉ SECRETOS GUARDA TU ASISTENTE? DESVELANDO LA ACTIVIDAD DE VOZ Y AUDIO

La ‘Actividad de Voz y Audio’ es, en esencia, un registro que Google mantiene de las interacciones que tenemos con sus servicios mediante la voz, principalmente a través del Asistente de Google y otros productos que utilizan comandos hablados. Según la propia compañía, estas grabaciones se utilizan para entender mejor cómo hablamos, los diferentes acentos, entonaciones y modismos, <0xC2><0xA0>con el fin último de perfeccionar la precisión de sus sistemas de reconocimiento de voz y ofrecer respuestas más adecuadas y rápidas. Es el motor que alimenta la inteligencia del asistente, permitiéndole aprender y adaptarse a cada usuario de manera individualizada.
Sin embargo, la clave está en qué considera el sistema una «interacción». No se limita únicamente a cuando pronunciamos claramente «Ok Google» o «Hey Google«; también puede incluir fragmentos de audio capturados justo antes del comando de activación o, lo que es más preocupante, <0xC2><0xA0>grabaciones activadas por error al confundir palabras o sonidos similares con la frase de activación. Esto significa que conversaciones personales, discusiones familiares o comentarios privados podrían quedar almacenados en los servidores de la empresa sin nuestro consentimiento explícito en ese preciso instante, simplemente por la proximidad de un dispositivo con el micrófono activo.