domingo, 4 mayo 2025

Este común dolor abdominal podría ser señal de un problema cardíaco

Las molestias digestivas suelen ser desestimadas como algo pasajero o consecuencia de una mala alimentación, especialmente cuando se manifiestan en la parte superior del abdomen. El dolor abdominal localizado en la zona del epigastrio, esa región entre las costillas y por encima del ombligo, podría esconder algo mucho más serio que una simple indigestión o gastritis. Miles de españoles acuden cada año a urgencias con síntomas que inicialmente atribuyen a problemas digestivos, cuando en realidad están experimentando manifestaciones atípicas de un trastorno cardíaco que requiere atención médica inmediata.

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La confusión diagnóstica es comprensible dada la similitud de ciertas sensaciones y la ubicación anatómica de los órganos involucrados. Un estudio reciente del Hospital Clínic de Barcelona reveló que aproximadamente un 20% de los pacientes diagnosticados con algún tipo de cardiopatía isquémica reportaron haber sufrido previamente episodios recurrentes de dolor abdominal que fueron erróneamente atribuidos a problemas gástricos. La particularidad de estos casos radica en que, a diferencia del clásico dolor torácico irradiado al brazo izquierdo, presentaban molestias predominantemente abdominales que empeoraban durante el esfuerzo físico o situaciones de estrés emocional.

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CUANDO EL ABDOMEN HABLA POR EL CORAZÓN: SEÑALES ENGAÑOSAS

Fuente: Pexels

La angina de pecho atípica, caracterizada por manifestaciones no convencionales de insuficiencia coronaria, constituye un desafío diagnóstico incluso para profesionales experimentados. Esta variante puede presentarse exclusivamente como dolor abdominal en la región epigástrica, sin los síntomas clásicos como opresión torácica o dificultad respiratoria. Las estadísticas médicas actuales sugieren que aproximadamente un 30% de los casos de angina de pecho se manifiestan de forma atípica, siendo las mujeres, los diabéticos y los mayores de 65 años los grupos poblacionales con mayor tendencia a experimentar estos cuadros clínicos confusos. El problema fundamental radica en que muchos pacientes nunca relacionan sus molestias abdominales con un posible problema cardíaco, retrasando así la búsqueda de atención médica especializada.

Los mecanismos fisiológicos que explican esta conexión entre corazón y abdomen están relacionados con la inervación compartida y las vías neurales de transmisión del dolor. El nervio vago y otras fibras nerviosas establecen un complejo sistema de comunicación entre órganos torácicos y abdominales, creando lo que los especialistas denominan «dolor referido. En situaciones de isquemia miocárdica leve a moderada, las señales dolorosas pueden interpretarse erróneamente por el cerebro como procedentes del sistema digestivo, generando una percepción localizada en el epigastrio en lugar de la región torácica. Esta peculiaridad anatómica explica por qué muchos pacientes con problemas coronarios terminan consultando primero a gastroenterólogos, retrasando el diagnóstico cardiológico que podría ser crucial para prevenir complicaciones mayores.

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