lunes, 5 mayo 2025

Este común dolor abdominal podría ser señal de un problema cardíaco

Las molestias digestivas suelen ser desestimadas como algo pasajero o consecuencia de una mala alimentación, especialmente cuando se manifiestan en la parte superior del abdomen. El dolor abdominal localizado en la zona del epigastrio, esa región entre las costillas y por encima del ombligo, podría esconder algo mucho más serio que una simple indigestión o gastritis. Miles de españoles acuden cada año a urgencias con síntomas que inicialmente atribuyen a problemas digestivos, cuando en realidad están experimentando manifestaciones atípicas de un trastorno cardíaco que requiere atención médica inmediata.

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La confusión diagnóstica es comprensible dada la similitud de ciertas sensaciones y la ubicación anatómica de los órganos involucrados. Un estudio reciente del Hospital Clínic de Barcelona reveló que aproximadamente un 20% de los pacientes diagnosticados con algún tipo de cardiopatía isquémica reportaron haber sufrido previamente episodios recurrentes de dolor abdominal que fueron erróneamente atribuidos a problemas gástricos. La particularidad de estos casos radica en que, a diferencia del clásico dolor torácico irradiado al brazo izquierdo, presentaban molestias predominantemente abdominales que empeoraban durante el esfuerzo físico o situaciones de estrés emocional.

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ESTRATEGIAS PREVENTIVAS: CUÁNDO ACUDIR A URGENCIAS

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Establecer criterios claros sobre cuándo un dolor abdominal merece evaluación urgente resulta fundamental para prevenir complicaciones graves. La presencia de ciertos «signos de alarma» debe motivar la búsqueda inmediata de atención médica especializada. Entre estos destacan: dolor epigástrico que aparece o empeora con el esfuerzo y cede con el reposo; episodios recurrentes de malestar abdominal asociados a sudoración fría, náuseas o fatiga desproporcionada; molestias que se intensifican en situaciones de estrés emocional o exposición al frío; y dolor resistente a la medicación habitual para problemas digestivos. Los datos epidemiológicos muestran que el tiempo transcurrido hasta la primera atención médica continúa siendo el factor modificable más importante en el pronóstico de los eventos coronarios agudos, con una reducción estimada del 30% en la mortalidad cuando se recibe tratamiento dentro de la primera hora desde el inicio de los síntomas.

La educación sanitaria poblacional juega un papel decisivo en la identificación temprana de estas presentaciones atípicas. Campañas recientes en varios países europeos han comenzado a incluir el dolor abdominal entre los posibles síntomas de alerta cardíaca, especialmente dirigidas a grupos de alto riesgo como mujeres posmenopáusicas, diabéticos y ancianos. Las recomendaciones actuales de las sociedades cardiológicas enfatizan la importancia de una evaluación integral que no descarte prematuramente el origen cardíaco de molestias abdominales inexplicadas, particularmente en pacientes con factores de riesgo cardiovascular conocidos.

El mensaje central para la población general debe ser claro: ante un dolor abdominal recurrente que empeora con el esfuerzo físico o situaciones estresantes y que no encuentra explicación clara tras estudios digestivos básicos, la valoración cardiológica no debería demorarse. Esta aproximación preventiva podría salvar miles de vidas anualmente, reduciendo las consecuencias devastadoras de infartos no reconocidos a tiempo debido a su presentación clínica engañosa en forma de simple dolor abdominal.

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