lunes, 5 mayo 2025

Los 3 pasos para desactivar la función ‘vampiro’ de tu Smart TV y reducir tu consumo fantasma

Parece mentira cómo la tecnología, que avanza a pasos agigantados para hacernos la vida supuestamente más fácil, a menudo esconde pequeñas trampas que acaban pasándonos factura, y nunca mejor dicho. Hablamos de ese goteo silencioso de energía que muchos de nuestros aparatos electrónicos mantienen incluso cuando creemos haberlos apagado, un fenómeno conocido popularmente como consumo fantasma y que en el caso de tu flamante Smart TV puede ser más significativo de lo que imaginas, engordando innecesariamente el recibo de la luz mes tras mes sin que apenas nos demos cuenta de ello mientras disfrutamos de sus múltiples funciones conectadas.

Publicidad

Este derroche invisible, casi vampírico, se debe en gran medida a funciones diseñadas para ofrecer una comodidad inmediata, como el modo de inicio rápido que permite que el televisor se encienda en cuestión de segundos, o la escucha activa permanente para responder a nuestros comandos de voz al instante. Sin embargo, esta conveniencia tiene un precio oculto, ya que implica que el aparato nunca llega a desconectarse del todo, manteniendo ciertos componentes internos en un estado de alerta constante que consume electricidad de forma continua.

3
EL MICRÓFONO QUE NUNCA DUERME: ¿COMODIDAD O INVASIÓN?

Fuente Pexels

Otra de las características cada vez más extendidas en el universo de las Smart TV es la capacidad de control por voz, permitiendo cambiar de canal, buscar contenidos o ajustar el volumen simplemente hablando al mando a distancia o, en algunos casos, directamente al televisor. Para que esto último funcione, algunos modelos incorporan una función de ‘escucha activa’ o ‘micrófono siempre encendido’, lo que significa que el dispositivo está constantemente atento a la palabra clave de activación («Ok Google», «Alexa», «Hola LG», etc.), listo para obedecer nuestras órdenes verbales sin necesidad de pulsar ningún botón previo.

Publicidad

Esta funcionalidad, más allá de las lógicas preocupaciones sobre la privacidad que pueda generar en algunos usuarios el tener un micrófono potencialmente activo en el salón de forma permanente, también tiene un impacto directo en el consumo energético. Mantener el sistema de reconocimiento de voz y los micrófonos asociados operativos requiere una alimentación eléctrica continua, sumándose al consumo fantasma general del aparato incluso cuando la pantalla está apagada. Nuevamente, se nos plantea la disyuntiva entre la comodidad de no tener que buscar el mando y el coste energético y de privacidad que implica esta escucha perpetua por parte de nuestra Smart TV.

Publicidad
Publicidad