domingo, 4 mayo 2025

La miel «falsa» inunda los supermercados: así puedes detectarla según expertos apícolas

El mercado alimentario español se enfrenta a un problema cada vez más extendido que afecta a uno de los productos más valorados por los consumidores. La miel adulterada o falsificada está ocupando un espacio preocupante en los lineales de supermercados, poniendo en riesgo tanto la calidad del producto que llega a nuestras mesas como la supervivencia del sector apícola nacional. Esta situación ha generado una creciente preocupación entre los expertos, quienes advierten sobre las consecuencias de consumir estos sucedáneos que poco tienen que ver con el auténtico néctar de las abejas.

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Lo que muchos consumidores desconocen es que, bajo la apariencia del preciado oro líquido, se esconden mezclas adulteradas con siropes baratos de arroz o maíz, que imitan el color y textura de la auténtica miel pero carecen por completo de sus propiedades nutricionales y organolépticas. Estas falsificaciones no solo representan un fraude para el bolsillo, sino un atentado contra la tradicional cultura apícola española y sus estándares de calidad, reconocidos internacionalmente por la pureza y excelencia de sus productos. El problema ha alcanzado tales dimensiones que los propios apicultores han comenzado a movilizarse para alertar a la sociedad sobre cómo identificar estos productos fraudulentos.

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LA INVASIÓN SILENCIOSA: EL AUGE DE LA MIEL ADULTERADA EN ESPAÑA

Fuente: Freepik

Durante la última década, el mercado español ha experimentado un incremento exponencial en la presencia de miel adulterada procedente principalmente de países asiáticos, donde las regulaciones son menos estrictas. Los datos son alarmantes: según las asociaciones de apicultores, más del 40% de la miel que se comercializa en nuestros supermercados podría contener algún tipo de adulteración o no cumplir con los parámetros de calidad exigidos por la normativa europea. Esta situación ha provocado una competencia desleal que pone en jaque a los productores locales, incapaces de competir con los precios irrisorios de estos productos falsificados.

El principal método de adulteración consiste en la adición de jarabes de glucosa, siropes de arroz o maíz, sustancias mucho más económicas que la auténtica miel. Los laboratorios encargados de analizar estos productos han detectado incluso la presencia de miel ultrafiltrada, un proceso industrial que elimina todo rastro de polen para dificultar la identificación de su origen geográfico y botánico. Este proceso también facilita la adulteración posterior, ya que sin el polen resulta prácticamente imposible determinar mediante análisis convencionales si estamos ante una miel pura o una mezcla fraudulenta, complicando enormemente la labor de las autoridades sanitarias en su lucha contra este tipo de fraude alimentario.

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