La tecnología avanza a pasos agigantados y nuestros dispositivos móviles se han convertido en una extensión de nosotros mismos. El móvil no solo es una herramienta para comunicarnos, sino que almacena prácticamente toda nuestra vida: conversaciones, fotografías, datos bancarios e incluso nuestros hábitos diarios. Lo que muchos usuarios desconocen es que estos mismos dispositivos pueden convertirse en perfectos espías si no prestamos atención a ciertos indicadores visuales que nos alertan cuando algo extraño está sucediendo.
En un mundo hiperconectado donde la privacidad se ha vuelto un bien cada vez más escaso, los ciberdelincuentes han encontrado maneras sofisticadas de acceder remotamente a micrófonos y cámaras de nuestros teléfonos. Cuando detectamos símbolos inusuales en la parte superior de la pantalla sin tener aplicaciones abiertas que justifiquen su aparición, podríamos estar ante un grave problema de seguridad. Estos pequeños iconos, que muchas veces pasan desapercibidos, son en realidad el sistema operativo informándonos de que alguien podría estar escuchando nuestras conversaciones o grabando nuestra vida cotidiana sin consentimiento.
2CÓMO ACTÚAN LOS CIBERDELINCUENTES PARA ACCEDER A TU MÓVIL

Los métodos para acceder remotamente a los dispositivos móviles han evolucionado considerablemente en los últimos años. Los atacantes suelen utilizar software malicioso (malware) que se camufla en aplicaciones aparentemente inofensivas descargadas desde fuentes no oficiales o incluso desde las tiendas oficiales que ocasionalmente fallan en detectar código malicioso. Estas aplicaciones solicitan permisos excesivos durante la instalación que muchos usuarios conceden sin leer detenidamente, otorgando así acceso permanente a cámara y micrófono sin restricciones temporales o contextuales, lo que permite a los ciberdelincuentes activar estos sensores en cualquier momento.
Otra técnica frecuente es el phishing, donde los atacantes envían mensajes fraudulentos que suplantan entidades legítimas para engañar a las víctimas. Estos mensajes contienen enlaces que, al ser pulsados, descargan automáticamente software espía en el móvil sin que el usuario lo note. Los ciberdelincuentes también aprovechan vulnerabilidades no parcheadas en los sistemas operativos, explotando fallos de seguridad que los fabricantes aún no han solucionado o que afectan a dispositivos que ya no reciben actualizaciones, lo que convierte a millones de teléfonos antiguos en objetivos fáciles para el espionaje digital.