Córdoba, conocida por su mezquita-catedral y su herencia andalusí, es también la puerta de entrada a una Andalucía profunda y misteriosa que se despliega en sus alrededores. A tan solo una hora en coche, en pleno corazón de la Subbética cordobesa, se alza Zuheros, un pequeño pueblo blanco suspendido entre rocas y olivos, que parece detenido en el tiempo. Este rincón no solo cautiva por su belleza paisajística, sino también por las leyendas y secretos ancestrales que se esconden en sus calles y cuevas.
Zuheros no es un destino cualquiera cerca a Córdoba, es uno de esos lugares que invitan al silencio, a la contemplación y a dejarse llevar por el encanto de lo antiguo. Sus casas encaladas se aferran a la ladera de la montaña y su castillo árabe corona el pueblo con una imponente vista sobre el valle. Córdoba se siente cerca, pero al mismo tiempo, Zuheros parece pertenecer a otro mundo, a una dimensión donde la historia, la naturaleza y la magia conviven sin prisas.
3Naturaleza viva y una tradición que no se apaga

Rodeado por el Parque Natural de las Sierras Subbéticas, Zuheros ofrece una conexión directa con la naturaleza más pura de Córdoba. Las rutas de senderismo, como la famosa Vía Verde del Aceite, permiten recorrer paisajes de gran belleza mientras se descubren fuentes, cortijos abandonados y antiguos caminos usados por pastores y comerciantes. La tranquilidad del entorno contrasta con la intensidad de su historia.
Además, Zuheros mantiene viva una tradición agrícola y quesera que forma parte de su identidad y de la esencia de Córdoba. Cada año celebra su famosa Feria del Queso, que atrae a miles de visitantes interesados en los sabores auténticos. Córdoba, a pesar de su grandeza monumental, encuentra en este pueblo un reflejo de sus raíces más profundas. Zuheros es ese rincón encantado donde los secretos del pasado siguen latiendo, esperando a ser descubiertos.