Granada es una tierra de historia, arquitectura majestuosa y paisajes inolvidables, pero también es el punto de partida hacia algunos de los pueblos más bellos de España. Más allá de la Alhambra y el Albaicín, a menos de una hora por carretera, se encuentra Montefrío, una joya enclavada entre montañas que sorprende con sus vistas panorámicas y su encanto andaluz intacto. Desde que la prestigiosa revista National Geographic la incluyó entre las diez localidades con mejores vistas del mundo, Montefrío ha despertado la curiosidad de quienes buscan algo más que los destinos turísticos de siempre.
Pero este pueblo no vive solo de su estampa. Montefrío encierra siglos de historia, un patrimonio arquitectónico bien conservado y una tradición que se respira en cada rincón. Granada, con todo su esplendor, no eclipsa a este rincón que parece sacado de una postal. Al contrario, Montefrío se revela como ese secreto que los granadinos conocen bien, y que el viajero atento no tarda en valorar como uno de los grandes descubrimientos de su ruta.
2Iglesias, historia y arquitectura suspendida en el tiempo
Montefrío no es solo paisaje. Su riqueza patrimonial lo convierte en una parada obligada para los amantes de la historia y la arquitectura. La Iglesia de la Villa, construida sobre una antigua alcazaba árabe, se alza sobre el peñón y domina el pueblo con su presencia solemne. Más abajo, en el centro, destaca la Iglesia de la Encarnación, de planta circular, una rareza arquitectónica en la provincia de Granada, inspirada en el Panteón de Agripa de Roma.
Pasear por las calles de Montefrío es viajar en el tiempo. Casas encaladas, balcones con macetas y calles estrechas conducen al visitante por un entramado urbano que ha conservado su identidad a pesar del paso de los siglos. Granada ofrece muchas maravillas, pero es en lugares como este donde se palpa la vida cotidiana de una Andalucía profunda, llena de matices y personalidad.
