Granada es una tierra de historia, arquitectura majestuosa y paisajes inolvidables, pero también es el punto de partida hacia algunos de los pueblos más bellos de España. Más allá de la Alhambra y el Albaicín, a menos de una hora por carretera, se encuentra Montefrío, una joya enclavada entre montañas que sorprende con sus vistas panorámicas y su encanto andaluz intacto. Desde que la prestigiosa revista National Geographic la incluyó entre las diez localidades con mejores vistas del mundo, Montefrío ha despertado la curiosidad de quienes buscan algo más que los destinos turísticos de siempre.
Pero este pueblo no vive solo de su estampa. Montefrío encierra siglos de historia, un patrimonio arquitectónico bien conservado y una tradición que se respira en cada rincón. Granada, con todo su esplendor, no eclipsa a este rincón que parece sacado de una postal. Al contrario, Montefrío se revela como ese secreto que los granadinos conocen bien, y que el viajero atento no tarda en valorar como uno de los grandes descubrimientos de su ruta.
3Gastronomía de altura en un entorno incomparable

La cocina de Montefrío es otro de sus tesoros menos conocidos, pero igualmente memorables. La tradición culinaria bebe de la herencia granadina y de los productos de la tierra, como el aceite de oliva virgen extra, los quesos artesanales y las carnes de la sierra. Platos como el choto al ajillo o las migas con embutidos saben mejor cuando se disfrutan con vistas al paisaje que rodea el pueblo.
Además, Montefrío ha sabido combinar tradición y hospitalidad. Sus bares y restaurantes no solo ofrecen buena comida, sino también la calidez de un pueblo que sabe recibir. Granada, con su riqueza gastronómica, encuentra en Montefrío un eco rural de gran calidad, perfecto para quienes desean desconectar del ritmo urbano sin renunciar al buen comer. Montefrío es, sin duda, uno de esos lugares que dejan huella.