lunes, 23 junio 2025

Este número en los plátanos revela si contienen pesticidas peligrosos

La próxima vez que compres fruta, presta atención a esas pequeñas etiquetas que pasan desapercibidas. Los plátanos, una de las frutas más consumidas en España, esconden en sus etiquetas información crucial sobre su método de cultivo y los posibles residuos químicos que contienen. Esta información codificada permite a los consumidores tomar decisiones más conscientes sobre los alimentos que llevan a su mesa, especialmente cuando se trata de productos que consumimos con la piel o que damos a los más pequeños de la casa.

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El sistema de códigos PLU (Price Look-Up) se ha convertido en un aliado silencioso para quienes buscan alimentarse de manera más saludable y sostenible. Estos números que aparecen en las pegatinas de los plátanos y otras frutas no están ahí por casualidad, sino que forman parte de un sistema internacional que clasifica los productos según su variedad y método de producción. Lo que muchos desconocen es que estos códigos pueden revelarnos si estamos consumiendo fruta cultivada con métodos convencionales, que suelen implicar el uso de pesticidas y otros productos químicos potencialmente dañinos para nuestra salud, o si provienen de cultivos orgánicos, libres de estos compuestos.

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MÁS ALLÁ DEL NÚMERO 9: OTROS CÓDIGOS EN LOS PLÁTANOS QUE DEBES CONOCER

Fuente: Freepik

El sistema de codificación PLU no se limita a distinguir entre plátanos orgánicos y convencionales. Existen otros códigos menos conocidos pero igualmente relevantes para los consumidores preocupados por su salud. Por ejemplo, si la etiqueta de un plátano comienza con el número 8, indica que ha sido genéticamente modificado, aunque actualmente no hay plátanos transgénicos aprobados para consumo humano en el mercado europeo. La legislación de la Unión Europea es especialmente estricta en este sentido, exigiendo un etiquetado claro y transparente para todos los alimentos que contengan organismos genéticamente modificados, lo que permite a los consumidores ejercer su derecho a elegir informadamente.

Además de los códigos numéricos, las etiquetas de los plátanos pueden incluir información sobre su país de origen, variedad y empresa productora. Los plátanos de Canarias, por ejemplo, suelen estar identificados con sellos específicos que garantizan su origen y calidad diferenciada. Estos plátanos, aunque no siempre son orgánicos, están sujetos a regulaciones europeas más estrictas en cuanto al uso de pesticidas en comparación con los importados de América Central o África. Para los consumidores españoles preocupados por reducir su exposición a químicos pero que encuentran prohibitivo el precio de los plátanos orgánicos, los plátanos de origen nacional pueden representar un compromiso razonable entre seguridad alimentaria, calidad y precio, apoyando además la economía local.

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