martes, 6 mayo 2025

No es (solo) la edad: tu forma de dormir es el motivo principal de esas arrugas matutinas

Despertarse cada mañana y descubrir nuevas marcas en el rostro es una experiencia que muchos españoles viven con resignación, atribuyéndola erróneamente al paso inexorable del tiempo. La forma de dormir constituye, sin embargo, uno de los factores más determinantes en la aparición de esas líneas que tanto nos preocupan al mirarnos al espejo. Estudios dermatológicos recientes han confirmado que la posición adoptada durante las horas de sueño puede tener consecuencias más visibles en nuestra piel que muchos de los factores tradicionalmente señalados.

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El ritual nocturno que practicamos durante aproximadamente un tercio de nuestra vida está dejando una huella indeleble en nuestro aspecto. Mientras dormimos, la presión ejercida contra la almohada o el colchón crea pliegues temporales que, con el paso del tiempo, pueden convertirse en arrugas permanentes. Esta realidad, frecuentemente ignorada en las conversaciones sobre cuidado facial, merece una atención especial considerando que pasamos entre siete y ocho horas diarias en contacto directo con superficies que comprimen nuestra piel, sin que seamos conscientes del daño acumulativo que esto representa.

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DORMIR BOCA ABAJO: EL ENEMIGO SILENCIOSO DE TU ROSTRO

Fuente: Freepik

La posición de descanso boca abajo es, sin lugar a dudas, la más perjudicial para la conservación de una piel tersa y juvenil. Al adoptar esta postura, prácticamente toda la superficie facial queda aplastada contra la almohada, creando un ambiente perfecto para la formación de líneas horizontales en la frente y verticales alrededor de los labios y mejillas. Diversos estudios han demostrado que quienes prefieren dormir en esta posición presentan signos de envejecimiento prematuro hasta dos veces más evidentes que aquellos que descansan boca arriba.

Dormir de esta manera no solo afecta estéticamente la piel del rostro, sino que también puede acentuar la formación del indeseado «escote de venus», nombre con el que los dermatólogos denominan a las arrugas que aparecen en el área del pecho. Las fibras de la piel, sometidas noche tras noche a esta presión constante, pierden su elasticidad y capacidad de recuperación. Este efecto se intensifica considerablemente cuando las fundas de almohada están fabricadas con materiales ásperos o de baja calidad, multiplicando el daño sobre la epidermis durante esas largas horas de descanso.

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