martes, 6 mayo 2025

La OCU te enseña a detectar un billete falso en 3 segundos. ¡Qué no te la cuelen!

El dinero en efectivo sigue siendo protagonista en muchas de nuestras transacciones diarias a pesar del auge de los pagos digitales. La OCU alerta constantemente sobre la necesidad de conocer los elementos que autentifican nuestros billetes para evitar fraudes que pueden afectar seriamente nuestra economía doméstica. Reconocer un billete falso no requiere ser un experto numismático ni disponer de herramientas sofisticadas; basta con prestar atención a detalles específicos que están al alcance de cualquier ciudadano.

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Vivimos en una época donde las falsificaciones son cada vez más sofisticadas y pueden pasar desapercibidas ante ojos inexpertos. Según datos recientes, en España se retiraron de circulación miles de billetes falsos durante el último año, cifras que preocupan especialmente a entidades de protección al consumidor. La seguridad de nuestro dinero es un asunto que compete a todos por igual, desde el pequeño comerciante hasta el ciudadano de a pie que realiza compras cotidianas.

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LOS ELEMENTOS OCULTOS QUE LA OCU RECOMIENDA VERIFICAR SIEMPRE

Fuente: Freepik

Más allá de la textura, existen elementos visuales fundamentales que la OCU aconseja revisar sistemáticamente. Las marcas de agua constituyen uno de los principales indicadores de autenticidad, visibles únicamente cuando el billete se coloca a contraluz y muestran tanto el valor nominal como detalles arquitectónicos. Este elemento de seguridad se incorpora durante el proceso de fabricación del papel, lo que lo hace prácticamente imposible de replicar mediante métodos convencionales de impresión.

Otro componente crucial destacado por la OCU es el hilo de seguridad, una fina banda metálica integrada en el interior del papel que recorre verticalmente el billete. Al observar el billete a contraluz, este hilo aparece como una línea oscura que contiene microimpresiones del valor del billete y el símbolo del euro. La sofisticación de este elemento radica en que está embebido en el papel, no simplemente impreso o pegado sobre la superficie, lo que supone un desafío técnico insalvable para la mayoría de los falsificadores que operan en nuestro país.

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