miércoles, 7 mayo 2025

La OCU descubre el mayor timo con los patinetes eléctricos

Las aceras y calzadas de nuestras ciudades se han llenado de un nuevo protagonista silencioso y veloz: los patinetes eléctricos. La OCU ha puesto el foco recientemente en este fenómeno, alertando sobre una realidad mucho menos amable que la simple conveniencia que aparentan estos vehículos de movilidad personal (VMP). Detrás de la moda y la aparente solución de movilidad urbana se esconde una maraña de irregularidades y engaños que ponen en jaque la seguridad de los usuarios y la de los peatones, convirtiendo lo que debería ser un avance en un potencial quebradero de cabeza para muchos ciudadanos desprevenidos que buscan alternativas al transporte tradicional o simplemente una forma más ágil de moverse por la urbe contemporánea.

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La proliferación descontrolada de estos aparatos ha traído consigo un caldo de cultivo perfecto para el timo y la negligencia, un escenario donde la falta de información clara y una regulación a veces confusa dejan al consumidor desprotegido frente a prácticas comerciales dudosas y productos de calidad ínfima. Desde problemas graves de seguridad en su construcción hasta la incertidumbre sobre la necesidad de seguros obligatorios o las dificultades con las homologaciones pertinentes, el panorama es más complejo y espinoso de lo que parece a simple vista cuando uno se decide a adquirir uno de estos populares vehículos. Es hora de desgranar qué hay de verdad en esta jungla sobre ruedas que ha conquistado el asfalto español, analizando los puntos críticos que todo usuario potencial o actual debería conocer para evitar sorpresas desagradables y riesgos innecesarios.

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CONSUMIDORES ATRAPADOS: GARANTÍAS FANTASMA Y DERECHOS VULNERADOS

Fuente Pexels

El atractivo y a menudo irresistible precio de algunos patinetes eléctricos que se anuncian agresivamente en internet oculta con frecuencia trampas diseñadas para el consumidor confiado o desinformado. Nos referimos a prácticas como la publicidad engañosa que promete autonomías o velocidades máximas irreales en condiciones ideales, o la inclusión de especificaciones técnicas claramente infladas que no se corresponden en absoluto con el rendimiento real del producto final una vez adquirido. Las dificultades posteriores para hacer valer la garantía legal obligatoria de tres años son otro caballo de batalla frecuente y frustrante, con vendedores que desaparecen misteriosamente, ponen trabas burocráticas constantes o alegan un mal uso para eludir sus responsabilidades, una situación que la OCU conoce perfectamente por el elevado número de reclamaciones recibidas al respecto.

Encontrarse con un servicio postventa deficiente, lento o directamente inexistente es una experiencia desesperante que sufren demasiados compradores de VMP, especialmente cuando se trata de adquirir repuestos específicos como baterías, centralitas o neumáticos, o solucionar averías complejas que requieren personal técnico cualificado y herramientas adecuadas. Ante este panorama desalentador y plagado de posibles fraudes, seguir las pautas y consejos de la OCU sobre compra segura en establecimientos fiables, conservar meticulosamente facturas y toda la documentación relativa al patinete, y no dudar un instante en reclamar formalmente los derechos como consumidor ante cualquier abuso o incumplimiento contractual son las mejores armas disponibles para no caer en el extendido timo de los patinetes eléctricos y proteger nuestra inversión y seguridad.

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