La amenaza silenciosa avanza sin freno en hospitales y comunidades de todo el mundo. La OMS ha lanzado una alerta sin precedentes sobre una bacteria común que ahora resulta prácticamente invencible frente a los antibióticos disponibles. Esta advertencia no es una simple notificación sanitaria más, sino un llamado urgente a la acción global que podría determinar el futuro de la medicina moderna tal como la conocemos.
El panorama que describen los expertos internacionales resulta alarmante: estamos ante una crisis sanitaria que podría devolver a la humanidad a la era pre-antibiótica. Los últimos informes publicados por la OMS revelan que ciertas cepas bacterianas han desarrollado mecanismos de resistencia tan sofisticados que prácticamente ningún tratamiento convencional resulta efectivo contra ellas. La situación exige medidas inmediatas que involucren tanto a profesionales sanitarios como a autoridades políticas y ciudadanos de a pie.
3EL ABUSO DE ANTIBIÓTICOS: ORIGEN DE LA CATÁSTROFE

La raíz del problema tiene nombre propio: uso excesivo e inapropiado de antibióticos tanto en medicina humana como veterinaria. Durante décadas, estos medicamentos se han prescrito para infecciones virales contra las que resultaban ineficaces, se han abandonado tratamientos prematuramente, y se han administrado sin supervisión médica adecuada. La OMS estima que más del 50% de todos los antibióticos a nivel mundial se utilizan de manera incorrecta, creando las condiciones ideales para la selección natural de cepas resistentes que luego se diseminan en entornos hospitalarios y comunitarios.
El problema se magnifica cuando consideramos el uso masivo de antibióticos en ganadería intensiva. Muchos países continúan permitiendo la administración rutinaria de antibióticos como promotores del crecimiento animal o para prevenir enfermedades en condiciones de hacinamiento, prácticas que la OMS ha señalado reiteradamente como inaceptables y que contribuyen significativamente al desarrollo de resistencias que luego afectan a la salud humana. China, Estados Unidos y Brasil lideran el consumo mundial de antibióticos en producción animal, pero España ocupa un preocupante quinto puesto en este ranking por volumen proporcional.