domingo, 25 mayo 2025

Ese pitido tonto de tu nevera te está costando tu factura

La situación es más que familiar para todos: estás preparando la cena o simplemente cogiendo algo del frigorífico y, de repente, comienza ese irritante pitido de tu nevera que no cesa hasta que descubres que la puerta ha quedado entreabierta. Lo que muchos desconocen es que estos avisos sonoros, aparentemente inofensivos, son en realidad señales de alarma que indican un funcionamiento inadecuado de tu electrodoméstico, traduciéndose directamente en un incremento considerable en tu factura eléctrica mensual. Ignorar estas advertencias no solo afecta a tu bolsillo, sino también a la eficiencia energética del hogar y, por extensión, al medioambiente.

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El consumo energético doméstico se ha convertido en una preocupación creciente para las familias españolas, especialmente en un contexto donde los precios de la electricidad no dejan de fluctuar, generalmente al alza. Dentro de este panorama, los electrodomésticos de funcionamiento continuo como la nevera representan hasta un 25% del gasto eléctrico total en un hogar medio, según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). Entender el funcionamiento de estos aparatos y prestar atención a sus señales de aviso puede suponer un ahorro significativo a final de mes, algo que en tiempos de incertidumbre económica no es en absoluto desdeñable.

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LA RELACIÓN ENTRE LA ANTIGÜEDAD DE TU NEVERA Y EL CONSUMO ELÉCTRICO

Fuente: Freepik

Las neveras antiguas, con más de 10 años de uso, pueden estar consumiendo hasta el doble de energía que los modelos actuales con certificación energética A+++. Este sobreconsumo se debe principalmente al deterioro de los componentes internos, como el compresor o las juntas de aislamiento, así como a la tecnología menos eficiente con la que fueron fabricadas. La inversión en un modelo nuevo puede amortizarse en tan solo 3 o 4 años gracias al ahorro mensual en la factura eléctrica, sin contar con las ayudas y subvenciones que periódicamente ofrecen las administraciones para fomentar la renovación de electrodomésticos.

Un aspecto frecuentemente ignorado es la capacidad de la nevera en relación con las necesidades reales del hogar. Un frigorífico sobredimensionado consumirá energía innecesariamente, mientras que uno demasiado pequeño para nuestras necesidades funcionará constantemente al límite de su capacidad, reduciendo su vida útil y aumentando su consumo. Los expertos recomiendan entre 100 y 150 litros de capacidad por persona en el hogar para un uso óptimo. La elección de una nevera adecuada a nuestro perfil de consumo no solo mejora la organización de los alimentos, sino que puede representar un ahorro significativo a largo plazo, tanto en términos económicos como de sostenibilidad ambiental, haciendo que ese pitido molesto deje de ser una carga para nuestra economía doméstica.

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