El incesante rugido de un tubo de escape modificado puede resultar placentero para algunos conductores, pero se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para vecinos y autoridades en toda España. La DGT ha intensificado su campaña contra los vehículos que generan contaminación acústica excesiva, implementando medidas más severas que pueden dejarte sin coche y con el bolsillo considerablemente más ligero. Los controles se han multiplicado en las carreteras españolas durante los últimos meses, especialmente en zonas urbanas y residenciales donde las quejas vecinales no han dejado de aumentar.
Las modificaciones en los sistemas de escape se han popularizado entre ciertos grupos de conductores que buscan un sonido más deportivo o agresivo para sus vehículos. Sin embargo, estas alteraciones suelen superar los decibelios permitidos por la normativa vigente, lo que constituye una infracción que la DGT persigue con creciente determinación. Los agentes de tráfico disponen ahora de sonómetros homologados que permiten medir con precisión el nivel de ruido emitido por cada vehículo, facilitando la identificación inmediata de aquellos que no cumplen con la legislación.
1LA DGT ENDURECE SU POSTURA FRENTE AL RUIDO EXCESIVO DE LOS VEHÍCULOS

Las nuevas directrices de la DGT establecen que cualquier vehículo que supere los 95 decibelios en condiciones de medición estandarizadas puede ser objeto de sanción inmediata. Este umbral, equivalente al ruido producido por una taladradora o una motocicleta a plena potencia, se considera perjudicial para la salud auditiva según diversos estudios médicos. La normativa no solo afecta a los escapes modificados intencionadamente, sino también a aquellos deteriorados por el uso o la falta de mantenimiento.
El procedimiento habitual cuando un agente detecta un vehículo sospechoso comienza con una inspección visual del sistema de escape. Si se observan modificaciones evidentes o deterioros significativos, se procede a realizar la prueba de sonometría en condiciones controladas, generalmente en un punto apartado del tráfico para obtener mediciones precisas. La DGT ha reforzado la formación de sus agentes en esta materia, dotándoles de conocimientos técnicos específicos para identificar alteraciones incluso cuando estas intentan camuflarse con elementos estéticos o mecánicos adicionales.