El incesante rugido de un tubo de escape modificado puede resultar placentero para algunos conductores, pero se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para vecinos y autoridades en toda España. La DGT ha intensificado su campaña contra los vehículos que generan contaminación acústica excesiva, implementando medidas más severas que pueden dejarte sin coche y con el bolsillo considerablemente más ligero. Los controles se han multiplicado en las carreteras españolas durante los últimos meses, especialmente en zonas urbanas y residenciales donde las quejas vecinales no han dejado de aumentar.
Las modificaciones en los sistemas de escape se han popularizado entre ciertos grupos de conductores que buscan un sonido más deportivo o agresivo para sus vehículos. Sin embargo, estas alteraciones suelen superar los decibelios permitidos por la normativa vigente, lo que constituye una infracción que la DGT persigue con creciente determinación. Los agentes de tráfico disponen ahora de sonómetros homologados que permiten medir con precisión el nivel de ruido emitido por cada vehículo, facilitando la identificación inmediata de aquellos que no cumplen con la legislación.
5CÓMO EVITAR PROBLEMAS CON LA DGT POR EL SISTEMA DE ESCAPE DE TU VEHÍCULO

El mantenimiento regular del sistema de escape constituye la mejor prevención para evitar problemas con la DGT. Los expertos recomiendan revisar periódicamente este componente, prestando especial atención a posibles fisuras, perforaciones o desgastes que puedan incrementar el nivel sonoro del vehículo. También resulta fundamental conservar el sistema original o, en caso de sustitución, optar exclusivamente por componentes homologados que garanticen el cumplimiento de los estándares acústicos establecidos en la ficha técnica del vehículo.
Para quienes desean un sonido más deportivo sin enfrentarse a sanciones de la DGT, existen alternativas legales en el mercado. Los sistemas de escape variables, que modifican su sonoridad según el modo de conducción seleccionado, representan una opción cada vez más popular entre los entusiastas del motor. Estos dispositivos, siempre que cuenten con la correspondiente homologación y no superen los límites acústicos en ninguno de sus modos de funcionamiento, permiten disfrutar de un sonido más agresivo en determinadas circunstancias sin infringir la normativa. La clave reside en verificar que cualquier modificación esté debidamente certificada y aparezca reflejada en la documentación del vehículo para evitar sorpresas desagradables en los controles de la DGT.