jueves, 8 mayo 2025

Ten cuidado con este código QR en la calle: No es lo que parece, y te puede costar la ruina.

El código QR se han convertido en una herramienta omnipresente en nuestro día a día, desde menús de restaurantes hasta pagos en tiendas. Sin embargo, esta misma tecnología que nos facilita la vida también ha abierto la puerta a nuevas modalidades de estafa que podrían vaciarnos la cuenta bancaria con un simple escaneo. Los códigos QR maliciosos están proliferando en las calles de nuestras ciudades, camuflados como servicios legítimos, promociones atractivas o incluso como herramientas de ayuda ciudadana, convirtiéndose en una amenaza silenciosa que muchos desconocen hasta que es demasiado tarde.

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La facilidad con la que cualquiera puede generar estos códigos bidimensionales y su apariencia inofensiva los convierten en el cebo perfecto para los ciberdelincuentes más astutos. Detrás de esos patrones en blanco y negro se pueden esconder desde programas espía hasta páginas de phishing diseñadas para robar nuestros datos personales y financieros. El aumento de estos ataques en España ha encendido las alarmas entre expertos en ciberseguridad, quienes advierten que estamos ante una nueva era de delitos digitales que combinan el mundo físico y virtual con consecuencias potencialmente devastadoras para las víctimas.

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DESCIFRANDO EL PELIGRO: LOS DISTINTOS TIPOS DE ATAQUES CON CÓDIGOS QR

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La variedad de amenazas que pueden ocultarse tras un código QR malintencionado es amplia y en constante evolución. El phishing sigue siendo el ataque más común, donde el código nos dirige a una página web que simula ser un servicio conocido como nuestro banco, una plataforma de pago o incluso organismos oficiales. Estas páginas están diseñadas para parecer idénticas a las originales y su único propósito es capturar nuestras credenciales de acceso o datos bancarios. Los ciberdelincuentes han perfeccionado tanto estas réplicas que incluso usuarios experimentados pueden caer en la trampa si no prestan atención a pequeños detalles como la URL o los certificados de seguridad de la página a la que han sido redirigidos.

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Más sofisticados y peligrosos son los códigos QR que instalan malware directamente en nuestros dispositivos. Desde programas espía que registran cada tecla que pulsamos hasta ransomware que secuestra nuestros datos exigiendo un rescate, estas amenazas pueden permanecer ocultas durante semanas recopilando información sensible. Los atacantes conocen bien las vulnerabilidades de los sistemas operativos móviles y explotan constantemente nuevas brechas de seguridad antes de que los fabricantes puedan corregirlas, lo que convierte a cualquier usuario en un potencial objetivo independientemente de lo actualizado que mantenga su dispositivo.

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