En el trajín diario de nuestras cocinas, hay costumbres que damos por sentadas, gestos casi automáticos que repetimos sin pensar en sus posibles consecuencias. Resulta que una de estas prácticas, aparentemente inofensiva y extendida en millones de hogares españoles, podría estar convirtiendo nuestros platos y utensilios en un caldo de cultivo para microorganismos indeseables, según advertencias que la OMS viene reiterando con preocupación. Este descuido, que muchos consideran menor, puede tener implicaciones más serias de lo que imaginamos para la salud de toda la familia, transformando el corazón del hogar en un inesperado foco de riesgo.
La mayoría de las veces, la prisa o el desconocimiento nos llevan a cometer pequeños errores en la limpieza del menaje que, aunque no lo parezca, pueden tener un impacto directo en nuestra salud y la de nuestra familia. No se trata de generar una alarma innecesaria, sino de tomar conciencia sobre la importancia de unos hábitos de higiene correctos en un espacio tan sensible como es la cocina, el corazón de muchos hogares, y cómo un gesto tan cotidiano como el lavado de los platos, si no se realiza adecuadamente, puede ser la puerta de entrada a problemas que preferiríamos evitar.
2CUANDO LA CIENCIA HABLA: EL VEREDICTO DE LA OMS SOBRE PLATOS MAL LAVADOS

No se trata de una invención alarmista de los más escrupulosos, sino de una realidad contrastada por múltiples estudios y organismos sanitarios internacionales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado en diversas ocasiones la importancia crítica de la higiene en la manipulación y preparación de alimentos, incluyendo la correcta y exhaustiva limpieza de los utensilios de cocina para prevenir eficazmente las enfermedades de transmisión alimentaria. Las bacterias patógenas encuentran en los restos de comida adheridos a los platos y en la humedad un paraíso para su desarrollo y multiplicación.
El problema se agrava considerablemente con el riesgo de contaminación cruzada, un fenómeno mediante el cual los microorganismos presentes en un plato mal lavado pueden transferirse a alimentos frescos, a superficies limpias o incluso a nuestras manos. La OMS insiste en que lavar los platos de forma incorrecta es una vía directa para esta diseminación bacteriana, un eslabón débil en la cadena de seguridad alimentaria que a menudo se subestima en el ámbito doméstico por pura costumbre o desconocimiento. Por ello, las recomendaciones de la OMS sobre la higiene en la cocina no deben tomarse a la ligera si queremos proteger nuestra salud.