El panorama de amenazas para la salud global está cambiando drásticamente en los últimos años, dejando atrás la era en que solo los virus y bacterias suponían el mayor desafío para los sistemas sanitarios mundiales. La OMS ha lanzado recientemente una serie de advertencias sobre nuevos peligros que podrían provocar la próxima crisis sanitaria global, señalando factores que ya están entre nosotros pero cuyos efectos apenas comienzan a vislumbrarse en toda su magnitud. Estos avisos no buscan generar alarma, sino preparar tanto a gobiernos como a ciudadanos para afrontar desafíos que requerirán un enfoque completamente diferente al utilizado contra pandemias como la del COVID-19.
Los expertos internacionales de la organización con sede en Ginebra llevan meses analizando datos preocupantes que apuntan hacia una convergencia de factores de riesgo sin precedentes en la historia de la salud pública. Fenómenos como el cambio climático, la creciente resistencia a los antibióticos y el aumento exponencial de enfermedades no transmisibles configuran un escenario complejo que la OMS califica como «la tormenta perfecta» para los sistemas sanitarios globales. A diferencia de las amenazas virales, estos nuevos desafíos no se propagan de persona a persona, sino que afectan silenciosamente a poblaciones enteras, haciendo que su control sea aún más complicado que el de patógenos conocidos.
4CRISIS DE SALUD MENTAL: LA PANDEMIA INVISIBLE

Otro ámbito que ha captado la atención prioritaria de la OMS en sus recientes comunicados es la creciente crisis de salud mental que afecta a personas de todas las edades y condiciones sociales. Los trastornos de ansiedad, depresión y otros problemas psicológicos están alcanzando niveles sin precedentes, exacerbados por fenómenos como la hiperconectividad digital, la inestabilidad económica y las secuelas psicológicas de la pandemia de COVID-19. Los datos recabados por la OMS indican que los problemas de salud mental afectan ya a una de cada cuatro personas en algún momento de su vida, representando la principal causa de discapacidad en adultos jóvenes y adolescentes en numerosos países desarrollados y en vías de desarrollo.
La escasez de recursos destinados a la salud mental es particularmente alarmante para los especialistas de la OMS, quienes señalan que menos del 2% del presupuesto sanitario global se dedica a estos trastornos. Esta desproporción entre necesidades y recursos disponibles está creando lo que la organización denomina una «epidemia silenciosa» cuyos costes sociales, económicos y humanos apenas comenzamos a comprender. Los expertos advierten que sin un cambio radical en el enfoque hacia la salud mental, este problema podría convertirse en la principal causa de pérdida de años de vida saludable a nivel mundial en las próximas décadas, superando incluso a enfermedades tradicionalmente consideradas más graves como las cardiovasculares o el cáncer.