viernes, 9 mayo 2025

La OMS alerta sobre lo próximo que nos hará enfermar masivamente, y no es un virus. Prepárate.

El panorama de amenazas para la salud global está cambiando drásticamente en los últimos años, dejando atrás la era en que solo los virus y bacterias suponían el mayor desafío para los sistemas sanitarios mundiales. La OMS ha lanzado recientemente una serie de advertencias sobre nuevos peligros que podrían provocar la próxima crisis sanitaria global, señalando factores que ya están entre nosotros pero cuyos efectos apenas comienzan a vislumbrarse en toda su magnitud. Estos avisos no buscan generar alarma, sino preparar tanto a gobiernos como a ciudadanos para afrontar desafíos que requerirán un enfoque completamente diferente al utilizado contra pandemias como la del COVID-19.

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Los expertos internacionales de la organización con sede en Ginebra llevan meses analizando datos preocupantes que apuntan hacia una convergencia de factores de riesgo sin precedentes en la historia de la salud pública. Fenómenos como el cambio climático, la creciente resistencia a los antibióticos y el aumento exponencial de enfermedades no transmisibles configuran un escenario complejo que la OMS califica como «la tormenta perfecta» para los sistemas sanitarios globales. A diferencia de las amenazas virales, estos nuevos desafíos no se propagan de persona a persona, sino que afectan silenciosamente a poblaciones enteras, haciendo que su control sea aún más complicado que el de patógenos conocidos.

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DESIGUALDAD SANITARIA: CUANDO EL CÓDIGO POSTAL DETERMINA LA SALUD

Fuente: Freepik

La creciente brecha en el acceso a servicios sanitarios entre diferentes regiones y grupos socioeconómicos representa otro de los grandes desafíos identificados en los últimos informes de la OMS. Los datos recopilados por la organización revelan que la diferencia en esperanza de vida entre países puede superar los 30 años, una disparidad que refleja desigualdades sistemáticas en el acceso a servicios básicos, medicamentos esenciales y profesionales cualificados. La OMS ha señalado que estas desigualdades no solo existen entre naciones, sino también dentro de un mismo país donde factores como el nivel de ingresos o el lugar de residencia pueden determinar drásticamente el acceso a atención sanitaria de calidad y, por ende, las probabilidades de supervivencia ante diversas enfermedades.

La pandemia de COVID-19 puso de manifiesto estas desigualdades de forma dramática, mostrando cómo las poblaciones vulnerables sufrieron un impacto desproporcionado tanto en términos de mortalidad como de secuelas a largo plazo. Los expertos de la OMS advierten que cualquier nueva amenaza sanitaria global probablemente seguirá este mismo patrón si no se toman medidas correctivas. La organización ha implementado varios programas para reducir estas brechas, pero reconoce que los avances son insuficientes y fragmentados. El acceso universal a la atención sanitaria sigue siendo un objetivo lejano en muchas regiones, creando puntos débiles en el sistema global de protección contra amenazas sanitarias emergentes que podrían convertirse en epicentros de futuras crisis si no se aborda esta desigualdad estructural de forma decidida y coordinada.

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