La emoción de un viaje inminente, esa sensación de aventura que nos embarga justo antes de despegar, a menudo nos lleva a compartir instantáneas de nuestros preparativos en las redes sociales. Muchos sucumben a la tentación de publicar una foto del billete de avión, sin percatarse del todo de los riesgos que entraña ese gesto aparentemente inocente, que puede abrir la puerta a problemas inesperados. Esa imagen, que para nosotros simboliza el inicio de unas merecidas vacaciones o un importante desplazamiento profesional, puede convertirse en un festín de datos para ojos indiscretos y con intenciones aviesas.
Lo que para la mayoría es un simple alarde de futuras vacaciones o un recuerdo anticipado de una escapada, para otros, con intenciones menos nobles, es una fuente de información valiosísima. Ese trozo de papel, o su equivalente digital, contiene mucho más que el destino y la hora de salida, y es precisamente esa información oculta la que puede convertir un acto de alegría en un verdadero quebradero de cabeza, afectando no solo a ese viaje concreto sino a nuestra seguridad digital en un sentido más amplio. Conviene, por tanto, pararse a pensar dos veces antes de darle al botón de «publicar» con esa tarjeta de embarque en primer plano.
4LA DIGITALIZACIÓN NO EXIME DEL RIESGO: CÓDIGOS QR Y PANTALLAZOS

Con la popularización de las tarjetas de embarque digitales y los códigos QR, muchos podrían pensar que el riesgo disminuye al no existir un documento físico que fotografiar, pero la realidad es que estos formatos son igual de vulnerables, si no más. Una captura de pantalla de nuestro teléfono móvil mostrando el billete de avión digital con su código QR, si se comparte despreocupadamente en una historia de Instagram, un estado de WhatsApp o un tuit, puede ser tan peligrosa o incluso más que la foto de un billete físico tradicional, dada la facilidad para su difusión masiva.
Estos códigos QR, aparentemente modernos e inofensivos, contienen la misma información sensible que los códigos de barras tradicionales, y su facilidad para ser escaneados incluso desde una imagen de baja calidad los hace especialmente atractivos para los amigos de lo ajeno. Además, al compartir la imagen desde el móvil, a menudo se pueden incrustar sin que lo sepamos metadatos de geolocalización, indicando no solo que vamos a viajar, sino desde dónde estamos publicando esa información, lo que podría alertar sobre una vivienda que quedará vacía durante nuestra ausencia.