sábado, 31 mayo 2025

El peligro oculto en esa foto de tu billete de avión que subes a redes

La emoción de un viaje inminente, esa sensación de aventura que nos embarga justo antes de despegar, a menudo nos lleva a compartir instantáneas de nuestros preparativos en las redes sociales. Muchos sucumben a la tentación de publicar una foto del billete de avión, sin percatarse del todo de los riesgos que entraña ese gesto aparentemente inocente, que puede abrir la puerta a problemas inesperados. Esa imagen, que para nosotros simboliza el inicio de unas merecidas vacaciones o un importante desplazamiento profesional, puede convertirse en un festín de datos para ojos indiscretos y con intenciones aviesas.

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Lo que para la mayoría es un simple alarde de futuras vacaciones o un recuerdo anticipado de una escapada, para otros, con intenciones menos nobles, es una fuente de información valiosísima. Ese trozo de papel, o su equivalente digital, contiene mucho más que el destino y la hora de salida, y es precisamente esa información oculta la que puede convertir un acto de alegría en un verdadero quebradero de cabeza, afectando no solo a ese viaje concreto sino a nuestra seguridad digital en un sentido más amplio. Conviene, por tanto, pararse a pensar dos veces antes de darle al botón de «publicar» con esa tarjeta de embarque en primer plano.

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Fuente Pexels

La solución no es dejar de compartir la emoción de nuestros viajes, pues es algo natural y humano, sino hacerlo con cabeza y extremando las precauciones antes de subir cualquier imagen relacionada con nuestro próximo vuelo en avión. Si la tentación de publicar una foto del billete es irresistible, es absolutamente crucial asegurarse de tapar o pixelar cuidadosamente toda la información personal identificable y los códigos, incluyendo el nombre completo, el código de barras, el código QR, el localizador de la reserva (PNR) y cualquier otro dato que pueda ser explotado.

Una alternativa mucho más segura y que sigue permitiendo compartir la alegría es publicar fotos del destino una vez allí, de uno mismo en el aeropuerto (con el avión de fondo, por ejemplo, pero sin mostrar el billete), o simplemente un mensaje anunciando el viaje, sin necesidad de exponer datos sensibles. Y un último consejo, pero no menos importante, una vez finalizado el viaje y ya de vuelta en casa, es recomendable destruir adecuadamente los billetes físicos y eliminar las imágenes digitales de las tarjetas de embarque, para evitar que información residual de ese avión pueda caer en malas manos en el futuro, cerrando así cualquier posible brecha de seguridad.

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