En un rincón de la tierra extremeña, entre dehesas y encinas centenarias, se esconde uno de los secretos gastronómicos mejor guardados de España. El queso apestoso que emana de las queserías tradicionales de Casar de Cáceres representa mucho más que un simple manjar: es historia viva, tradición centenaria y orgullo regional convertido en pasta cremosa. Los visitantes que se aventuran por primera vez a esta localidad cacereña suelen llegar atraídos por su famosa Torta del Casar, pero pocos están realmente preparados para la experiencia sensorial que les espera.
Pocos productos gastronómicos españoles generan reacciones tan extremas como este tesoro lácteo extremeño. Su característica más distintiva, ese aroma penetrante que le ha valido el apelativo popular de queso apestoso, es precisamente lo que lo convierte en objeto de adoración para los paladares más exigentes y aventureros. Detrás de cada pieza elaborada en este pequeño municipio de apenas 4.000 habitantes hay siglos de tradición, un saber hacer transmitido de generación en generación y un proceso artesanal que desafía los métodos industriales modernos, manteniendo intacta la esencia de un producto que ha trascendido fronteras para convertirse en embajador de la gastronomía extremeña en el mundo.
5UN FUTURO ENTRE LA TRADICIÓN Y LA INNOVACIÓN PARA EL ORO CREMOSO

El futuro de este emblemático queso apestoso se debate entre la preservación de los métodos tradicionales y la necesaria adaptación a las exigencias del mercado global. Los productores más jóvenes han comenzado a introducir innovaciones tecnológicas que, sin alterar la esencia del producto, permiten optimizar procesos y garantizar la seguridad alimentaria. El Consejo Regulador de la Denominación de Origen vela por el equilibrio entre tradición e innovación, estableciendo protocolos estrictos que salvaguardan las características genuinas del queso mientras facilitan su distribución internacional en condiciones óptimas, permitiendo que consumidores de todo el mundo puedan disfrutar de esta joya gastronómica extremeña tal como se degusta en su lugar de origen.
Las nuevas tendencias gastronómicas han abierto también caminos inexplorados para este queso apestoso centenario. Chefs vanguardistas han comenzado a incorporarlo en elaboraciones que trascienden los usos tradicionales, creando platos sorprendentes que reinterpretan la tradición desde una perspectiva contemporánea. Estas propuestas conviven con el consumo más clásico y purista, donde el queso se degusta simplemente untado en pan de hogaza. Los maestros queseros de Casar de Cáceres contemplan estas evoluciones con una mezcla de orgullo y cautela, conscientes de que el futuro de su producto estrella depende de mantener un delicado equilibrio entre la fidelidad a sus raíces y la capacidad para seducir a las nuevas generaciones de consumidores, cada vez más exigentes pero también más dispuestas a dejarse sorprender por sabores intensos y auténticos como el que ofrece este tesoro gastronómico extremeño.