jueves, 8 mayo 2025

La costa de Alicante que no sabías que existía y que visitarás este verano, y es perfecta para tus fotos.

El Mediterráneo español esconde auténticos tesoros que, pese a su belleza deslumbrante, permanecen relativamente desconocidos para el turismo masivo. En la provincia de Alicante, entre acantilados y aguas cristalinas, se encuentra un rincón que parece sacado de una postal italiana: Villajoyosa. Con sus características casas de colores que se asoman al mar como un arcoíris urbano, este municipio costero representa uno de los secretos mejor guardados de la Costa Blanca, ofreciendo un escenario perfecto para quienes buscan autenticidad y belleza en sus fotografías vacacionales.

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Situada a apenas 32 kilómetros de la capital provincial, esta localidad marinera ha sabido conservar su esencia a lo largo de los siglos. Sus orígenes se remontan a la época romana, cuando ya era un importante enclave comercial, aunque fue durante el período medieval cuando comenzó a configurarse con la fisonomía que la caracteriza hoy. Las casas multicolores que tanto llaman la atención de los visitantes cumplen, de hecho, una función histórica: servían como referencia visual para que los pescadores pudieran identificar su hogar desde el mar, incluso en condiciones de poca visibilidad, convirtiendo la necesidad práctica en un sello de identidad que hoy fascina a los miles de turistas que descubren esta joya alicantina cada año.

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LA MAGIA CROMÁTICA DE VILLAJOYOSA: UN PARAÍSO FOTOGÉNICO EN LA COSTA ALICANTINA

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Recorrer el casco antiguo de Villajoyosa supone sumergirse en un caleidoscopio de sensaciones donde cada esquina ofrece una nueva combinación de colores. Las fachadas, pintadas en tonos azules, rojos, amarillos y verdes intensos, crean un contraste fascinante con el azul del Mediterráneo que las enmarca. Este espectáculo visual convierte al municipio en uno de los destinos más fotografiados de la provincia de Alicante, especialmente al amanecer o atardecer, cuando la luz dora las paredes y multiplica la intensidad cromática del conjunto.

La tradición de pintar las casas con colores vivos se ha mantenido a lo largo de generaciones, convirtiéndose en parte fundamental del patrimonio cultural de la villa. Lejos de tratarse de una estrategia turística reciente, esta práctica centenaria responde a la profunda conexión del pueblo con su pasado marinero, una historia que se respira en cada rincón de sus calles empinadas que descienden hacia el mar. El Ayuntamiento ha sabido preservar esta seña de identidad mediante una normativa específica que regula la restauración de fachadas, garantizando que Villajoyosa mantenga ese aspecto único que la diferencia de otros pueblos costeros de Alicante y que la ha posicionado como un destino imprescindible para los amantes de la fotografía.

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