El Mediterráneo español esconde auténticos tesoros que, pese a su belleza deslumbrante, permanecen relativamente desconocidos para el turismo masivo. En la provincia de Alicante, entre acantilados y aguas cristalinas, se encuentra un rincón que parece sacado de una postal italiana: Villajoyosa. Con sus características casas de colores que se asoman al mar como un arcoíris urbano, este municipio costero representa uno de los secretos mejor guardados de la Costa Blanca, ofreciendo un escenario perfecto para quienes buscan autenticidad y belleza en sus fotografías vacacionales.
Situada a apenas 32 kilómetros de la capital provincial, esta localidad marinera ha sabido conservar su esencia a lo largo de los siglos. Sus orígenes se remontan a la época romana, cuando ya era un importante enclave comercial, aunque fue durante el período medieval cuando comenzó a configurarse con la fisonomía que la caracteriza hoy. Las casas multicolores que tanto llaman la atención de los visitantes cumplen, de hecho, una función histórica: servían como referencia visual para que los pescadores pudieran identificar su hogar desde el mar, incluso en condiciones de poca visibilidad, convirtiendo la necesidad práctica en un sello de identidad que hoy fascina a los miles de turistas que descubren esta joya alicantina cada año.
2MÁS ALLÁ DEL COLOR: LOS TESOROS OCULTOS DE LA VILLA JOYOSA

Aunque las casas multicolores son el reclamo más conocido, Villajoyosa atesora un patrimonio histórico y cultural que sorprende por su riqueza. Sus murallas renacentistas del siglo XVI, declaradas Bien de Interés Cultural y perfectamente conservadas en algunos tramos, nos transportan a la época en que la villa debía defenderse de los frecuentes ataques berberiscos. Estas fortificaciones, junto con la Iglesia-Fortaleza de Nuestra Señora de la Asunción, configuran un conjunto monumental que complementa la oferta turística de este municipio alicantino.
El chocolate forma parte indisociable de la identidad local, siendo Villajoyosa uno de los principales centros chocolateros de España desde el siglo XIX. Muchos desconocen que algunas de las fábricas más antiguas del país continúan elaborando sus productos de forma artesanal en esta localidad de Alicante, manteniendo métodos tradicionales que pueden descubrirse en visitas guiadas. El Museo del Chocolate Valor, instalado en una antigua fábrica de 1881, constituye una parada obligatoria para comprender la importancia de esta industria en el desarrollo económico de la zona, ofreciendo además un contraste temático perfecto con la imagen marinera que predomina en el imaginario turístico de la villa.