El Mediterráneo español esconde auténticos tesoros que, pese a su belleza deslumbrante, permanecen relativamente desconocidos para el turismo masivo. En la provincia de Alicante, entre acantilados y aguas cristalinas, se encuentra un rincón que parece sacado de una postal italiana: Villajoyosa. Con sus características casas de colores que se asoman al mar como un arcoíris urbano, este municipio costero representa uno de los secretos mejor guardados de la Costa Blanca, ofreciendo un escenario perfecto para quienes buscan autenticidad y belleza en sus fotografías vacacionales.
Situada a apenas 32 kilómetros de la capital provincial, esta localidad marinera ha sabido conservar su esencia a lo largo de los siglos. Sus orígenes se remontan a la época romana, cuando ya era un importante enclave comercial, aunque fue durante el período medieval cuando comenzó a configurarse con la fisonomía que la caracteriza hoy. Las casas multicolores que tanto llaman la atención de los visitantes cumplen, de hecho, una función histórica: servían como referencia visual para que los pescadores pudieran identificar su hogar desde el mar, incluso en condiciones de poca visibilidad, convirtiendo la necesidad práctica en un sello de identidad que hoy fascina a los miles de turistas que descubren esta joya alicantina cada año.
5FIESTAS DE MOROS Y CRISTIANOS: ESPECTÁCULO Y TRADICIÓN EN LA COSTA DE ALICANTE
Si existe un momento perfecto para visitar Villajoyosa, ese es sin duda la última semana de julio, cuando se celebran las fiestas de Moros y Cristianos en honor a Santa Marta. A diferencia de otras poblaciones de la provincia de Alicante, estas fiestas incluyen un elemento único que las hace especialmente espectaculares: el desembarco morisco que se recrea en la playa principal, atrayendo a miles de visitantes que abarrotan el paseo marítimo para contemplar esta representación histórica al amanecer.
El colorido de los trajes, la música de las bandas y el ambiente festivo que invade cada rincón convierten a Villajoyosa en un escenario de excepción durante estos días. Las comparsas recorren las calles empedradas, creando un contraste visual fascinante entre los brillantes atuendos festivos y las ya de por sí coloridas fachadas que caracterizan a este municipio costero, multiplicando las oportunidades fotográficas. Declaradas de Interés Turístico Internacional, estas celebraciones representan la culminación del calendario festivo local y constituyen una muestra excepcional del folclore mediterráneo, convirtiendo a este rincón de Alicante en un destino cultural de primer orden que trasciende su imagen de postal marítima.
