En un mundo donde cada clic y cada dato parecen tener un precio, la idea de monetizar algo tan cotidiano como pasear por la calle resulta, cuanto menos, tentadora. La promesa de que tus pasos por Madrid se conviertan en recompensa ha calado hondo, especialmente entre quienes buscan un aliciente extra para mantenerse activos o, simplemente, sacarle un pellizco a sus rutinas diarias. Esta nueva hornada de aplicaciones móviles que ofrecen pagar por caminar ha generado un considerable revuelo, suscitando tanto entusiasmo como escepticismo entre los usuarios ávidos de novedades tecnológicas.
Plataformas como Sweatcoin o WeWard han emergido con fuerza en el panorama digital, vendiendo precisamente esa posibilidad: transformar el esfuerzo físico de recorrer la ciudad en beneficios tangibles, ya sean descuentos, productos o incluso dinero contante y sonante. Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto? ¿Es oro todo lo que reluce o estamos ante una nueva forma de espejismo digital, que juega con nuestras ganas de obtener algo a cambio de poco y explota la gamificación de la vida cotidiana? La cuestión de fondo es si estas herramientas realmente compensan el tiempo invertido y los datos cedidos, o si son solo una moda pasajera con más marketing que sustancia.
1EL GANCHO DIGITAL: ¿CÓMO FUNCIONAN ESTAS APPS MILAGROSAS?

El mecanismo detrás de estas aplicaciones es, en apariencia, bastante simple y se apoya en la tecnología que ya llevamos todos en el bolsillo. Utilizan principalmente el GPS y los sensores de movimiento del teléfono móvil, como el acelerómetro, para contar los pasos que damos y la distancia que recorremos al aire libre; algunas incluso se integran con pulseras de actividad para una mayor precisión en el cómputo.
Este registro de actividad física se convierte luego en la moneda de cambio dentro de la propia aplicación, una especie de divisa virtual que acumulamos con cada paseo, cada carrera o, en algunos casos, incluso con el mero hecho de movernos por casa, aunque esto último suele estar más restringido para evitar trampas.
La clave del modelo de negocio de estas plataformas reside en diversas fuentes de ingresos que, en teoría, permiten financiar las recompensas ofrecidas a los usuarios. Por un lado, está la publicidad, ya que muchas de estas apps muestran anuncios o invitan a interactuar con marcas colaboradoras para obtener puntos extra; por otro, la venta de datos agregados y anonimizados sobre los patrones de movilidad de los usuarios puede ser una fuente de ingresos para estudios de mercado o planificación urbana.
Además, algunas establecen acuerdos con comercios para ofrecer descuentos o productos, llevándose una comisión por cada canje o venta generada a través de la aplicación, un sistema que beneficia a todas las partes si funciona correctamente y ofrece valor real.