jueves, 8 mayo 2025

Esta bacteria vive en tu boca ahora y está matando tus dientes sin que lo sientas.

Millones de microorganismos habitan en nuestra cavidad bucal sin que seamos conscientes de ello. Esta bacteria, conocida como Streptococcus mutans, es el principal enemigo silencioso que trabaja día y noche destruyendo el esmalte dental mientras dormimos, comemos o simplemente respiramos. Lo que parece una convivencia inofensiva se convierte en una verdadera amenaza cuando no prestamos la suficiente atención a nuestra higiene bucal, permitiendo que estos microscópicos invasores formen colonias cada vez más grandes y dañinas.

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La placa bacteriana representa uno de los mayores riesgos para la salud bucodental de los españoles, con estadísticas alarmantes que indican que más del 90% de la población adulta ha sufrido sus consecuencias en algún momento. cuando estos microorganismos se acumulan en la superficie dental, comienzan un proceso destructivo que puede pasar completamente desapercibido durante meses o incluso años. Esta silenciosa invasión no solo afecta a nuestros dientes, sino que puede desencadenar problemas más graves que comprometan nuestra salud general a largo plazo.

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LA COLONIA INVISIBLE QUE DEVORA TU ESMALTE DENTAL

Fuente: Freepik

El Streptococcus mutans no actúa solo en esta guerra contra nuestra dentadura. Esta bacteria forma parte de un complejo ecosistema donde conviven más de 700 especies diferentes de microorganismos que conforman lo que los expertos denominan microbioma oral. después de cada comida o ingesta de alimentos azucarados, estas bacterias procesan los restos y producen ácidos que atacan la superficie dental durante al menos 20 minutos. El problema radica en que estos ataques son completamente indoloros, lo que explica por qué muchas personas no son conscientes del deterioro hasta que la situación es irreversible.

La bacteria Streptococcus mutans tiene una característica que la hace especialmente peligrosa: su capacidad para adherirse a la superficie dental y crear una biopelícula protectora. Esta capa viscosa, conocida comúnmente como placa bacteriana, si no se elimina adecuadamente mediante el cepillado y el uso de seda dental, se endurece y mineraliza formando el temido sarro. Los estudios demuestran que en apenas 24 horas sin higiene bucal, la concentración de bacterias puede multiplicarse exponencialmente, creando colonias lo suficientemente grandes como para comenzar a generar daños visibles en el esmalte dental a medio plazo.

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