Millones de microorganismos habitan en nuestra cavidad bucal sin que seamos conscientes de ello. Esta bacteria, conocida como Streptococcus mutans, es el principal enemigo silencioso que trabaja día y noche destruyendo el esmalte dental mientras dormimos, comemos o simplemente respiramos. Lo que parece una convivencia inofensiva se convierte en una verdadera amenaza cuando no prestamos la suficiente atención a nuestra higiene bucal, permitiendo que estos microscópicos invasores formen colonias cada vez más grandes y dañinas.
La placa bacteriana representa uno de los mayores riesgos para la salud bucodental de los españoles, con estadísticas alarmantes que indican que más del 90% de la población adulta ha sufrido sus consecuencias en algún momento. cuando estos microorganismos se acumulan en la superficie dental, comienzan un proceso destructivo que puede pasar completamente desapercibido durante meses o incluso años. Esta silenciosa invasión no solo afecta a nuestros dientes, sino que puede desencadenar problemas más graves que comprometan nuestra salud general a largo plazo.
2EL MECANISMO SILENCIOSO QUE PERFORA TU DENTADURA SIN AVISAR

El proceso destructivo comienza de manera casi imperceptible. Esta bacteria transforma los azúcares de nuestra dieta en ácidos que atacan el esmalte dental, la capa más dura y externa del diente. aunque el esmalte es el tejido más mineralizado y resistente del cuerpo humano, no puede regenerarse por sí mismo una vez dañado, lo que convierte cada pequeña agresión en un daño permanente. La desmineralización progresiva crea microporos por donde las bacterias continúan su avance hacia capas más profundas del diente.
La caries dental no es más que el resultado final de esta batalla química que ocurre a diario en nuestra boca. La bacteria produce continuamente ácido láctico como subproducto de su metabolismo, mientras la saliva intenta contrarrestar este ataque mediante la remineralización natural, existe un punto de equilibrio que, cuando se rompe, favorece el desarrollo de lesiones cariosas. Los dentistas advierten que cuando una persona nota dolor o sensibilidad, la infección bacteriana ya ha atravesado el esmalte y ha llegado a la dentina, tejido mucho más sensible y menos resistente a los ataques ácidos.