jueves, 8 mayo 2025

La clave WiFi que nunca debes poner: Es más común de lo que crees y muy peligrosa

El momento de configurar una red WiFi doméstica suele ser uno de esos trámites que realizamos con cierta despreocupación. Elegir una contraseña para la WiFi parece una tarea sencilla, pero esconde riesgos que a menudo ignoramos por completo. Los expertos en ciberseguridad llevan años advirtiendo sobre los peligros de utilizar determinados tipos de combinaciones que, aunque resultan cómodas de recordar, suponen una invitación abierta a posibles intrusos digitales.

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La facilidad con la que muchos usuarios optan por contraseñas predecibles constituye uno de los mayores problemas de seguridad en las redes domésticas actuales. Según los últimos estudios, más del 60% de los hogares españoles mantiene configuraciones de red vulnerables, exponiendo sus datos personales y dispositivos a amenazas que podrían evitarse con simples cambios en sus hábitos digitales. Esta situación, lejos de mejorar, se ha agravado con la proliferación de dispositivos conectados en cada hogar, convirtiendo la seguridad de la red WiFi en un asunto prioritario para cualquier usuario responsable.

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POR QUÉ UNA CONTRASEÑA DÉBIL PONE EN RIESGO TODA TU VIDA DIGITAL

Fuente: Freepik

La gravedad del asunto trasciende el simple acceso no autorizado a la navegación. Cuando un intruso consigue infiltrarse en una red WiFi doméstica, obtiene un punto privilegiado desde el cual puede monitorizar todo el tráfico de datos no cifrados. Los correos electrónicos, conversaciones, e incluso credenciales bancarias pueden quedar expuestos si no se utilizan protocolos de cifrado adicionales como el HTTPS, algo que no todos los sitios web implementan correctamente. El acceso no autorizado a una red puede convertirse en el primer paso de un ataque mucho más elaborado y perjudicial.

Los dispositivos del Internet de las Cosas (IoT) presentan un factor adicional de vulnerabilidad en las redes domésticas con WiFi deficientemente protegidas. Cámaras de seguridad, termostatos inteligentes o sistemas de iluminación conectados suelen tener medidas de seguridad propias bastante limitadas, confiando principalmente en la protección que debería proporcionar una robusta contraseña de red como primera línea de defensa contra accesos no deseados. Cuando esta barrera inicial se compromete debido a una contraseña WiFi débil, todos estos dispositivos quedan potencialmente expuestos a manipulaciones externas, permitiendo desde la vigilancia no consentida hasta la integración en redes botnet para ataques distribuidos.

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