Esa sensación de cosquilleo o entumecimiento en las extremidades inferiores suele descartarse como simple fatiga tras una larga jornada. El hormigueo en las piernas representa, sin embargo, una señal de alerta que nuestro organismo envía cuando algo no funciona correctamente, pudiendo esconder problemas de salud que requieren atención inmediata. Muchas personas normalizan estas molestias adjudicándolas al cansancio cotidiano, sin ser conscientes de que podrían estar ignorando síntomas de condiciones médicas más complejas.
Durante años, los especialistas han insistido en la importancia de prestar atención a estas manifestaciones corporales aparentemente inofensivas. Las extremidades inferiores constituyen un reflejo del estado general de nuestro sistema circulatorio y nervioso, actuando como indicadores tempranos de diversos trastornos. Los médicos advierten que desestimar persistentemente esa sensación de «piernas dormidas» podría retrasar diagnósticos importantes, complicando el abordaje de enfermedades subyacentes que, tratadas a tiempo, tendrían soluciones más sencillas y efectivas.
1PROBLEMAS CIRCULATORIOS: CUANDO LA SANGRE NO FLUYE CORRECTAMENTE

La circulación sanguínea deficiente figura entre las causas más frecuentes del hormigueo en extremidades. Condiciones como la enfermedad arterial periférica provocan un estrechamiento de las arterias, reduciendo el flujo sanguíneo hacia piernas y pies, lo que desencadena esa desagradable sensación junto a otros síntomas como dolor al caminar. Este problema afecta principalmente a personas mayores de 50 años, fumadores y quienes padecen diabetes o hipertensión, constituyendo no solo una molestia sino un factor de riesgo para complicaciones vasculares más graves.
Las várices y la insuficiencia venosa crónica también generan hormigueo recurrente en las piernas. Cuando las válvulas venosas se deterioran, la sangre tiende a acumularse en vez de regresar eficientemente al corazón, provocando presión adicional en los tejidos y nervios de la zona afectada que se manifiesta como entumecimiento o cosquilleo. Los especialistas recalcan la importancia de mantener el peso adecuado y realizar actividad física moderada para mejorar el retorno venoso, además de evitar permanecer demasiado tiempo en la misma posición, sea de pie o sentado, para prevenir la aparición del hormigueo relacionado con problemas circulatorios.