viernes, 9 mayo 2025

Si tienes un hormigueo en las piernas no es cansancio, tu cuerpo te grita que tienes este problema oculto

Esa sensación de cosquilleo o entumecimiento en las extremidades inferiores suele descartarse como simple fatiga tras una larga jornada. El hormigueo en las piernas representa, sin embargo, una señal de alerta que nuestro organismo envía cuando algo no funciona correctamente, pudiendo esconder problemas de salud que requieren atención inmediata. Muchas personas normalizan estas molestias adjudicándolas al cansancio cotidiano, sin ser conscientes de que podrían estar ignorando síntomas de condiciones médicas más complejas.

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Durante años, los especialistas han insistido en la importancia de prestar atención a estas manifestaciones corporales aparentemente inofensivas. Las extremidades inferiores constituyen un reflejo del estado general de nuestro sistema circulatorio y nervioso, actuando como indicadores tempranos de diversos trastornos. Los médicos advierten que desestimar persistentemente esa sensación de «piernas dormidas» podría retrasar diagnósticos importantes, complicando el abordaje de enfermedades subyacentes que, tratadas a tiempo, tendrían soluciones más sencillas y efectivas.

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DÉFICIT VITAMÍNICO: CARENCIAS NUTRICIONALES QUE SE MANIFIESTAN EN TUS PIERNAS

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La falta de vitaminas del grupo B, especialmente B12, constituye una causa frecuente de hormigueo en extremidades que muchas veces pasa desapercibida. Esta vitamina resulta esencial para la formación de la vaina de mielina que recubre y protege los nervios, permitiendo la correcta transmisión de los impulsos nerviosos a través del cuerpo sin interferencias ni sensaciones anómalas. Las dietas restrictivas, el abuso de alcohol y determinados medicamentos pueden provocar déficits significativos que se manifiestan como hormigueo persistente en manos y piernas.

El déficit de vitamina D también se relaciona con la aparición de hormigueo en extremidades inferiores. Esta vitamina interviene directamente en la absorción del calcio, mineral fundamental para la correcta transmisión de los impulsos nerviosos. La carencia prolongada de vitamina D, especialmente común en personas con escasa exposición solar o con trastornos de malabsorción intestinal, provoca alteraciones en la función neurológica que se manifiestan como hormigueo, debilidad muscular y dolor difuso en las piernas. Los análisis sanguíneos rutinarios permiten detectar estos déficits vitamínicos y corregirlos mediante suplementación adecuada bajo prescripción médica.

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