jueves, 8 mayo 2025

La OMS pide cambiar esto en los colegios urgente por la salud de los niños.

El panorama educativo actual se encuentra en una encrucijada donde la salud y el bienestar infantil cobran mayor protagonismo frente a los tradicionales objetivos académicos. La OMS ha lanzado recientemente un llamamiento urgente para transformar los entornos escolares, considerando que los centros educativos son espacios fundamentales para forjar los hábitos que acompañarán a los más pequeños durante toda su vida adulta. Esta iniciativa surge como respuesta a los alarmantes datos sobre obesidad infantil, sedentarismo y problemas de salud mental que afectan a millones de niños en todo el mundo.

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Las últimas décadas han revelado un incremento preocupante en patologías que antes eran prácticamente inexistentes en la población infantil. Diabetes tipo 2, hipertensión y trastornos de ansiedad son solo algunas de las afecciones que han aumentado exponencialmente entre los escolares. El entorno educativo, donde los niños pasan aproximadamente un tercio de su tiempo diario, se convierte así en un escenario prioritario para implementar cambios estructurales que favorezcan el desarrollo integral y saludable de las futuras generaciones.

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ALIMENTACIÓN ESCOLAR: LA REVOLUCIÓN NUTRICIONAL QUE LOS COLEGIOS NECESITAN YA

Fuente: Freepik

Los comedores escolares representan una oportunidad única para garantizar al menos una comida nutritiva y equilibrada al día para todos los estudiantes. Sin embargo, la realidad actual dista mucho de ser la ideal, con menús que a menudo priorizan la comodidad y el bajo coste sobre la calidad nutricional. La OMS enfatiza la necesidad de eliminar completamente los alimentos ultraprocesados, las bebidas azucaradas y los snacks con alto contenido en sal y grasas saturadas de los centros educativos, sustituyéndolos por opciones frescas, de temporada y mínimamente procesadas que acerquen a los niños a una alimentación mediterránea tradicional.

La transformación nutricional no se limita únicamente al menú diario, sino que debe extenderse a una verdadera educación alimentaria integrada en el currículo. Los huertos escolares, los talleres de cocina saludable y la implicación de las familias en este proceso formativo son pilares fundamentales según las directrices de la OMS. Las máquinas expendedoras, que tradicionalmente han sido dispensadoras de productos poco saludables, deberían reconvertirse en puntos de acceso a tentempiés nutritivos como fruta fresca, frutos secos naturales o lácteos sin azúcares añadidos, eliminando así la contradicción entre lo que se enseña en el aula y lo que se ofrece en los pasillos del colegio.

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