viernes, 30 mayo 2025

Pilar Eyre alza la voz por el linchamiento mediático a la princesa Leonor

Pilar Eyre, una de las periodistas más veteranas y conocedoras de los entresijos de la Casa Real, ha decidido romper su silencio para poner palabras a una preocupación que muchos comparten pero pocos se atreven a expresar en voz alta: el juicio constante y despiadado al que se somete a la princesa Leonor. En su última columna en Lecturas, Eyre no solo analiza las imágenes del emotivo reencuentro entre Leonor y la reina Letizia en Panamá, sino que lanza una firme defensa de una joven que, a sus 19 años, intenta cumplir con una responsabilidad histórica sin perder del todo su juventud.

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La cronista no oculta su admiración por el temple de la heredera, que lleva meses embarcada en el Juan Sebastián de Elcano, en un entorno completamente ajeno, rodeada de desconocidos, alejada de su familia y bajo la mirada crítica de toda una nación. “Mientras otras chicas de su edad bailan en la playa o viajan con amigos, Leonor tiene que compartir camarote con 76 personas y fingir normalidad mientras su vida es analizada hasta el último detalle”, escribe Eyre. Y es en esa frase donde se resume la tesis de su reflexión, y es que estamos exigiendo a Leonor una perfección imposible.

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Una adolescencia sin margen de error

Fuente: EuropaPress

Pilar Eyre subraya lo que tantos olvidan, y es que Leonor apenas ha tenido margen para equivocarse o explorar quién es fuera del rol de princesa. Desde que era una niña, su comportamiento ha sido ejemplar, su vida planificada al milímetro y su exposición mediática constante. “La hemos machacado a fotos y comentarios, como si fuera una libertina”, lamenta la periodista, indignada ante la doble vara con la que se mide a la heredera.

En cada escala del Elcano, cada paseo por la playa o cada visita a un centro comercial ha sido interpretado como un gesto impropio, como si disfrutar de una tarde libre fuese incompatible con su papel institucional. Pilar Eyre no justifica ningún exceso, porque no los ha habido, pero sí denuncia con claridad el ensañamiento, pues para ella Leonor no ha hecho nada reprobable y, sin embargo, se la juzga como si lo hubiera hecho.

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