sábado, 10 mayo 2025

La DGT recuerda: este gesto con el cinturón te puede costar 200€ aunque lo lleves puesto

La seguridad en nuestras carreteras es una de esas batallas diarias que la DGT libra con ahínco y donde cada detalle cuenta. Y a veces, los detalles más aparentemente inocuos son los que esconden un peligro considerable, como ese gesto casi automático que muchos conductores y pasajeros realizan con el cinturón de seguridad sin ser plenamente conscientes de las implicaciones que conlleva, tanto para su integridad física como para su bolsillo.

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Hablamos de esa costumbre, tan extendida como arriesgada, de colocarse la banda diagonal del cinturón por debajo del brazo, en lugar de permitir que cruce el pecho desde el hombro hasta la cadera contraria. Una práctica que, si bien puede parecer que alivia una supuesta incomodidad o evita arrugas en la ropa, en realidad anula casi por completo la eficacia de este sistema vital de retención, convirtiendo un elemento diseñado para salvar vidas en un potencial enemigo en caso de accidente. Es un engaño a uno mismo, una falsa sensación de cumplimiento que puede tener consecuencias nefastas en caso de frenazo brusco o colisión.

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MÁS ALLÁ DE LA SANCIÓN: CONCIENCIA VIAL Y RESPONSABILIDAD COMPARTIDA

Fuente Pexels

Si bien las sanciones económicas y la retirada de puntos son herramientas disuasorias importantes que la DGT utiliza para fomentar el cumplimiento de las normas, el objetivo último siempre debe ser la concienciación y la interiorización de conductas seguras al volante. No se trata solo de evitar una multa, sino de comprender que el cinturón de seguridad es el mejor aliado en la carretera, un seguro de vida que no cuesta nada activar. Las campañas informativas y los mensajes preventivos juegan un papel crucial en este cambio de mentalidad.

La seguridad vial es una responsabilidad compartida que nos atañe a todos, desde el conductor más experimentado hasta el peatón más vulnerable. Cumplir con normas tan básicas como el uso correcto del cinturón de seguridad no solo nos protege individualmente, sino que contribuye a crear un entorno vial más seguro para el conjunto de la sociedad, al reducir la gravedad de las lesiones en caso de siniestro y, por ende, la carga asistencial y emocional que estos conllevan. La DGT nos lo recuerda constantemente: abrocharse bien el cinturón es abrocharse a la vida, y hacerlo correctamente es la única manera de que cumpla su vital función.

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