El flan de queso siempre ha sido uno de esos postres que combinan sencillez y sabor, con una textura cremosa que conquista desde el primer bocado. Su origen se remonta a la tradición de los flanes clásicos, pero con el paso del tiempo, los amantes de la cocina han sabido transformarlo en una receta versátil, capaz de incorporar ingredientes tan inesperados como intensos. Así es como nace el flan de queso de Cabrales, una versión audaz que fusiona lo dulce y lo salado en un equilibrio sorprendente.
Este flan de queso no es apto para paladares temerosos. La potencia del Cabrales, uno de los quesos azules más emblemáticos de Asturias, se mezcla con la suavidad del caramelo y la cremosidad de la base para crear un postre que rompe moldes. Es una propuesta que invita a mirar con nuevos ojos los sabores tradicionales y a atreverse con combinaciones que, a primera vista, podrían parecer imposibles.
2Preparación de un exquisito flan de queso

El primer paso es fundir el queso de Cabrales con la nata a fuego muy lento, removiendo constantemente para que no se formen grumos. Una vez la mezcla esté homogénea, se deja templar ligeramente. Aparte, se baten los huevos con el azúcar hasta conseguir una mezcla espumosa, que luego se incorpora poco a poco a la crema de Cabrales ya atemperada. El objetivo es obtener una masa suave, sin burbujas ni cortes.
En un molde previamente caramelizado, se vierte la mezcla con cuidado y se hornea al baño María durante aproximadamente 50 minutos a 160 grados. Es importante vigilar la cocción, ya que el flan de queso de Cabrales necesita cuajar lentamente para mantener su textura firme pero cremosa. Después de salir del horno, el flan debe reposar en frío varias horas, si es posible que sea de un día para otro mucho mejor, para que todos los sabores se asienten y el caramelo impregne el conjunto.